Anécdotas
Se cuentan muchas anécdotas de todo tipo atribuidas a personajes ilustres, unas son ciertas y otras inventadas y es difícil discernir entre unas y otras, pero aún así, merece la pena conocerlas. Voy a contaros algunas elegidas al azar, pero procurando que sean de distintas épocas para que quede claro que esto de las anécdotas no es cosa de ahora.
El poder de las mujeres
El general y político ateniense del siglo V antes de Cristo, Temístocles, dijo en cierta ocasión a su hijo: “Alégrate, porque eres el hombre más influyente de Grecia”. El muchacho se quedó sorprendido y preguntó por qué le decía aquello. El gran vencedor de los persas en Salamina le aclaró así las cosas: “Hijo, Atenas domina Grecia; yo domino a Atenas; tu madre me domina a mí y tú haces lo que quieres de ella, que sólo tiene ojos para ti, por eso, tú dominas el mundo”.
El poder de las mujeres
El general y político ateniense del siglo V antes de Cristo, Temístocles, dijo en cierta ocasión a su hijo: “Alégrate, porque eres el hombre más influyente de Grecia”. El muchacho se quedó sorprendido y preguntó por qué le decía aquello. El gran vencedor de los persas en Salamina le aclaró así las cosas: “Hijo, Atenas domina Grecia; yo domino a Atenas; tu madre me domina a mí y tú haces lo que quieres de ella, que sólo tiene ojos para ti, por eso, tú dominas el mundo”.
Una respuesta inapelable
A Diógenes el Cínico, cuyo desprecio por las convenciones sociales le llevó a vivir metido en un tonel, le preguntaron: “Maestro dinos, ¿a qué hora debe uno de ponerse a comer?”. El filósofo, rápido en la respuesta, dijo: “Depende, si eres rico puedes comer cuando quieras y si eres pobre, siempre que puedas.”
Un buen maestro es caro
Un rico comerciante pidió a Sócrates que se encargara de la educación de su hijo. Cuando el filósofo le dijo cuáles iban a ser sus honorarios, pareciéndole caro exclamó: “Tened en cuenta que con esa cantidad puedo comprar un buen burro” a lo que replicó Sócrates: “Hacedlo y tendréis dos asnos en casa”.
Un rasgo de bravura
Sancho IV reinó en Castilla y León a la muerte de Alfonso X y fue llamado el Bravo no sin razón. En vísperas de la conquista de Tarifa, deseoso de entrar en batalla con el rey de Granada, envió a Mohamed II una nota que decía: “Tengo en una mano el pan y en la otra el palo; tú escoges”.
Candor o imbecilidad
Siendo príncipe de Asturias Carlos IV, dijo a su padre: “Somos afortunados los príncipes y los reyes, pues a diferencia de nuestros vasallos no estamos expuestos a la infidelidad de nuestras esposas, ya que éstas no podrían nunca encontrar a nadie superior a nosotros en quien fijarse”. Carlos III le miró entre bondadoso y pícaro y le dijo sencillamente: “Qué tonto eres, hijo”.
De penas nada, Señor
El general y político venezolano, lugarteniente de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, era hombre serio y ordenancista. Sorprendió una vez a uno de sus soldados en estado de embriaguez y le increpó diciendo: “¿Sabes la pena que tienes, no?” a lo que contestó el borracho: “Mi general, pena no tengo ninguna, sino al contrario, mucha alegría”.
Sentido del humor hasta el final
El Maestro Arrieta tenía un sentido del humor un tanto trágico. En vísperas de su muerte, se le acercó uno de los amigos que le acompañaban y le preguntó: “¿Cómo se encuentra usted Maestro?”, a lo que este respondió sonriendo: “Muy mal, tan mal que como mañana me diga alguien que me he muerto no va a extrañarme nada”.
Cambiando de tema, estuve pensando que si mi blog es un rincón donde alrededor de una mesa camilla se charla, aunque sea en diferido, no es del todo correcto que yo no tenga la delicadeza de contestar a mis visitantes, por lo que a partir de hoy daré respuesta a todos los comentarios.
42 Comments:
Qué buenas anécdotas, ¿sabes más? Esta clase de historia merece un lleno completo en la mesa camilla, jejeje...
Un abrazo.
Querida, leo, menos mal que estás tú para hacerme volver al redil. Últimamente estoy de un zafio, son las influencias de las lecturas de otros blogs creo yo, porque antes, yo no decía ni "coño". En fin, me zampo todos tus posts en un pis, pas porque me alimentas el alma. Con anécdotas o lo que sea.
Oye, han llegado los ingleses a tu blog. Creo que tendrás que poner la prueba del algodón (filtro). Ya los he visto en otros lados...Besitos miles
Marrakech - Tienes plaza adjudicada para todo el tiempo que quieras. Encantada con que vengas, ya lo sabes.
Brisaenlanoche - Si, tengo un libro lleno de ellas, así que hay tema para repetir otro día.
Andrea - Supongo que no te tomarías en serio mi comentario, yo no soy quien para poner orden en ningún blog, era en broma.
En cuanto a los mensajes anónimo en inglés, creí que ya me habían dejado en paz, pero veo que vuelven a la carga.
Más que mesa camilla... yo diría que cuadrada, no? puesto que la pantalla es así... pero bueno, que como siempre, encantador el post ;)
Besitos wapaa
Yo también quiero formar parte de tu tertulia, me aceptas?.
Es un placer visitarte, se une cultura, buen gusto, amistad.....
Besos playeros. :-)
Vaya respuesta de Temístocles, tiene mucha razón ahí pues la mamá hace lo que sea por sus hijos. Y quién dijo que la educación era barata??
Aunque el maestro Arrieta se las lleva todas, ese gran estado animico ante algo inevitable y dandolé por el lado bueno del asunto. Así debieramos ser como este mastro.
Un Abrazo Leo, que disfrutes este corto fin de semana.
Hola Leo.
Me han gustado todas las anécdotas que nos has ofrecido. La de Carlos IV me ha hecho mucha gracia. ¡Qué inocente! Por decirlo de alguna forma...
Me encantará participar en tu tertulia.
Un besito
Chupituni - La mesa camilla es mas acogedora, así que tendrás que echarle un poco de imaginación.
Incondicional - Por supuesto, siempre serás bien recibida, toma asiento.
Carlos - Gracias, disfrútalo tú también.
Kuan - Si, Carlos IV no destacó por su inteligencia.
Yo también estaré encantada de que participes.
Marrakech - ¡Qué alegría! vuelves y además cargado de cosas ricas para la merienda, nos lo vamos a pasar en grande.
Un beso para tí también y ya iremos repartiendo los abrazos a la par que los canapés.
Sócrates era genial!!...
Lumbreras no era Carlos IV y así quedó patente durante su reinado :s
Un post muy interesante, como siempre ;)
Buen fin de semana, un beso :)
Grial - Me alegra que te parezca interesante. Que te diviertas el fin de semana. Un besín.
Siempre me han gustado las anectodas y no se porque termino recordando muchas de ellas. En resumen el post me ha encantado.
Las anécdotas de la historia son siempre curiosas y más de una escalofriante, no sé si leíste lo que puse en mi blog sobre Hitler y el engaño más grande de la Historia. Es realmente escalofriante. Si quieres te lo paso... Yo me quedé muerta después de enterarme.
Me encanta tu blog, ¿te lo he dicho ya? :P
Como siempre me acuesto sabiendo algo nuevo gracias a ti... Me gustaría saber más anecdotas... Gracias por compartirlas con nosotros..
Ah, contestar a todos los comentarios va a ser duro para ti, así q si no puedes contestarme yo me doy por satisfecha con leerte.. besos
Consumidor irritado - Me alegra y espero que alguna de las que puse fuera nueva para ti.
Anazia - No, no lo leí, debí de llegar tarde a tu blog, pero pasaré para leerlo.
Jajaja, no se si me lo habías dicho ya, lo importante es que te guste.
Natalia - Ni hablar, en realidad tenía que haberlo hecho antes y si te digo la verdad, me lo paso muy bien contestando a los comentarios porque es como hablar más tiempo con vosotros.
Me ha gustado mucho..sobre todo la primera...me ha hecho reir.
Tus post..interesantes como siempre,la de cosas que he descubierto y aprendido gracias a ti.
Besitos.
guauuu, nos vas responder a todos!. pfff. eso es mucho tiempo eh!.
jeje. a mi me ha gustado la del carlos III y IV, la frase es genial!.
besines asturianina. Te debo un post , a ver si me entra la inspiración y te lo dedico eh!.
Valentina - Todos aprendemos de todos en este mundo de los blogs.
Vergonzoso - Nunca es mucho tiempo el que se dedica a charlar con los amigos.
Por favor, no me debes nada, ven de visita cuando quieras.
Leo me ha encantado este Post, tosos tus pos, pero, con este he disfrutado a la vez que aprendido. en verdad el candor del principe de Asturias, más me parece tontura, pobre...
Genial.
Un fuerte abrazo, amiga Leo
Gracias, se está muy bien en tu tertulia. Estuve aquí por la mañana y no pude comentarte, intentaba dejarte un poema de Bernardo Guardado y me dice que no puedo copiar y pegar, jo...
Besin :-)
Es bien conocido por todos pero la lápida de Groucho Marx es lo de mayor ingenio que he leído: “Disculpen que no me levante”
Instructivo y ameno, como siempre.
Un saludo.
Leodegundia, como no aparece tu correo por ninguna parte, te dejo aquí el link...
http://anazia.blogspot.com/2005/08/protocolos-de-los-sabios-de-sion.html
A mí se me ponen los pelos de gallina :S
Hola Leo
Curiosas anecdotas as que explicas y ahí tendrías un filón como para dedicar un blog a ese tema. Como siempre felicidades.
Veo que al final te has decidido por la formula de contestar los comentarios con otro comentario. Creo que yo lo haré también, pero como ya te había dicho, me da miedo que la gente no vuelva a pasar por los comentarios anteriores, muchas veces es lo que yo hago.
Besos
José Sans
Me han gustado mucho estas anecdotas, en especial la de la pena...como siempre un placer encontrar estas cosas en tu blog, es algo muy particular y a mi me gustan. Me enseñan! :D
Un biko fuerte y buen inicio de semana.
Trini - Me alegra que hayas disfrutado, un abrazo.
Incondicional - No te preocupes, creo que los tengo todos, de todas formas se te agradece la intención.
José - Tienes razón, esa de Groucho está genial.
Anazia - Tomo nota y te dejaré mi correo.
José Sans - Bueno, la gente está avisada y si quieren vuelven como yo hago con los que se que contestan a los comentarios y si no vuelven, no pasa nada, pero yo me siento mejor así.
Azul - Me alegra que te haya entretenido un rato, eso es lo que prentendo. Buena semana para ti también.
Muy buenas las anécdotas, se aprende mucho de ellas.
Nunca he sentido que "pasases" de los comentarios, al contrario, hay un ambiente de "me dices-te digo" muy cercano, de mesa camilla, como bien dices, jajajaa.
Con este sistema nos haces volver a ver qué has respondido a nuestro comentario (me encanta volver).
Lo de responder a los comentarios en un tema que también le he dado muchas vueltas. Si los respondes al correo particular, los demás pueden pensar que no has hecho caso, y si respondes en otro comentario, puede ser que la persona a la que te diriges no vuelva a entrar a ellos y no vea tu respuesta. Difícil dilema......
Besurris.
Gracias por este ratito de sonrisas encadenadas.
Besitos
Ivan Camblor - Gracias por tu visita. Me alegra que te gustase y aquí tienes un asiento para ti.
Ladina - Te digo lo mismo que a José Sans, puse un aviso y el volver o no, depende de los que comentan, es de libre elección. De todas formas volváis o no seguiréis siendo mis contertulios.
White - De nada, puedes volver cuando quieras.
Con tu permiso voy a colaborar con una fechada en la época del Imperio Romano. Cuando Vespasiano estaba a punto de poner fin a la guerra civil del año 69 d.C, antes de entrar en Roma espero a que las dos facciones opuestas dieran buena cuenta unos de otros. El resultado fue que la ciudad fue el escenario de una matanza que llegó a durar varios dias. Cuando uno de los generales de Vespasiano le expreso su repulsa ante lo que estaba sucediendo y le propuso intervenir, el ya nuevo emperador le espetó "déjalos.. las peleas de enamorados reavivan el amor".
Me hizo muy bien reir tanto con tu post de hoy, cada una de las historias tiene lo suyo y con todas reí, cosa que agradezco, porque últimamente la risa anda escasa. Leo en los comentarios, que tienes un libro, así que otro día podrás compartir más.
A mi también me han hecho reir, bien por Sócrates !! jajaja.
Un beso.
Que entretenidas! Me he reido mucho con lo de Carlos IV... así le fue el reinado... Y lo del pobre maestro Arrieta, que bueno y que lástima, me recordó al epitafio que le atribuyen a Groucho Marx "Perdonen que no me levante" o a cuando dicen que estaban martirizando a San Lorenzo asándolo en una parrilla y este aún tuvo el humor de decir algo así como "Por este lado ya estoy hecho, pueden darme la vuelta"... Tengo mis dudas de que el pobre hombre tuviese humor para tanto...
Bueno, no me enrrollo, me encantó tu post, más por favor...
Un abrazo!
Caboblanco - Muy buena, esa no la conocía yo, te agradezco que hayas enriquecido mi post con esta anécdota.
Diego - Si pasaste un momento agradable, me alegro mucho y espero que esos ánimos mejoren pronto y te repongas del todo.
Elen - La verdad es que hay algunas muy ingeniosas, hay gente con chispa.
Tastavins - Yo tampoco creo que San Lorenzo estuviera con tanto sentido del humor, pero en fin, así lo cuentan.
Muy ilustrativas y excelentemente escogidas.
Será un placer tenerte de contertulia de ahora en adelante.
Siempre tienes puntos de vista muy interesantes.
Me encanta la de Sócrates.
Mardolo - Sabes que siempre serás bien recibida en mi tertulia.
Venía a invitarte a dar una vuelta por el blog de caboblanco, pero veo que ya os conocéis.
Besurris.
Ladina - Gracias por tu buena intención, es cierto, ya nos conocemos.
Despues de unos días sin poder acercarme por aquí, da gusto ver estas cosas tan divertidas.
No me extraña que Carlos IV despues ante Napoleón éste le engañara como a un chino.
Besos.
Bien! Me alegro, llevaba un monton de dias haciendote preguntas....
una nueva para hoy: por que una mesa camilla?
I.
Es cierto Leo, un buen maestro es caro... muy caro. Lo diré yo que tengo excelentes maestros en mi especialización en periodismo...
Bonitas anecdotas. Como siempre, muy edificante tu blog.
Saludos,
Miguelón - Asi es, no espabiló nada con el tiempo.
Ivich - Una mesa camilla es muy acogedora e invita a charlar distendida y amigablemente y al ser redonda, todos los que se sientan a su alrededor pueden verse sin quedar algunos aislados como sucedería con una mesa cuadrada.
¿Alguna otra pregunta?
Raul - Todo lo bueno suele ser caro, pero a la larga compensa.
Leo y releo tu blog, y todavía me asombro. La anécdota de Carlos IV es para enmarcar. Cuántos recuerdos, querida amiga...
Francisco Arsis - :-) Y que lo digas, que poco sabía el chaval de la vida.
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