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domingo, enero 11, 2009

Las amazonas

Las amazonas, y me refiero a esas mujeres guerreras que muchos suponen que existieron, son tema empleado en novelas, películas, series de televisión y en distintas modalidades del arte, pero me da la impresión de que aún hoy no se sabe muy bien si pertenecen a la realidad o a la fantasía, por eso creo que sería interesante acudir a los historiadores que vivieron mucho más cerca que nosotros de la época en la que se las sitúa. Pero antes veamos algunas de estas obras:






Pasemos ahora a conocer lo que cuenta Jordanes, historiador que vivió en el siglo VI y que en su obra más conocida “Origen y gestas de los godos” nombra a las amazonas en los capítulos VII y VIII.

“Tras la muerte de Tanausis, cuando su ejército, mandado ya por su sucesor, estaba haciendo una expedición por otras regiones, las mujeres de los godos fueron atacadas por un pueblo vecino con intención de apresarlas. Éstas, adiestradas por sus maridos, se defendieron valientemente y rechazaron a los enemigos que vergonzosamente se lanzaban sobre ellas. Una vez lograda esta victoria y aumentada la confianza en su propia audacia, se animaron unas a otras a tomar las armas y, después de elegir a las dos más audaces, Lampeto y Marpesia, se pusieron a sus órdenes.

Como se cuidan no sólo de defender sus propiedades, si no también de devastar las ajenas, deciden por sorteo que Lampeto se quede defendiendo las fronteras de su patria, mientras que Marpesia, tras formar un escuadrón de mujeres, conduce este nuevo tipo de ejército a Asia. Venciendo en la guerra a diferentes pueblos y firmando tratados de paz con otros llegó hasta el Cáucaso y, al permanecer allí durante algún tiempo, dio nombre al lugar conocido como “Roca Marpesia”.

Temiendo éstas que su descendencia se extinguiese, buscaron mantener relaciones sexuales con los habitantes de los pueblos vecinos y establecieron el compromiso de reunirse una vez al año, de manera que en el futuro la madre entregaría a su padre cuando volviera cualquier hijo varón que hubiera dado a luz, pero se quedaría con las hembras; o bien, según la opinión de algunos, cuando alumbraban varones acababan con la vida de la desgraciada criatura.

Estas Amazonas tuvieron después una reina llamada Pentesilea de la que se han transmitido hazañas famosísimas en la guerra de Troya, pues se cuenta que estas mujeres conservaron su reino hasta Alejandro Magno.

Eso dice Jordanes. Homero las nombra en su obra “Ilíada” en el canto VI refiriéndose a Belerofontes:

“….En segundo lugar luchó contra los gloriosos sólimos, la lucha en su opinión más feroz que contra hombres entabló. En tercer lugar, mató a las varoniles amazonas.”

Virgilio en su obra “La Eneida” en el libro I dice:

Guía la marcha de las amazonas de escudos lunados
Pentesilea, que arde enloquecida entre millares,
con áureo ceñidor bajo el pecho descubierto,
guerrera, doncella que se atreve a combatir contra hombres.

En el libro V:

El vencedor primero tenga un caballo distinguido por sus jaeces;
el segundo una aljaba de las Amazonas y llena de dardos
tracios, que cuelga de una correa con ancha banda
de oro y anuda una fíbula de piedras preciosas;
el tercero vaya contento con este yelmo de Argos.»

Y en el libro XI:

“…igual que las tracias Amazonas cuando recorren las riberas
del Termodonte y luchan con sus armas pintadas,
bien junto a Hipólita, bien cuando vuelve en su carro,
marcial, Pentesilea, y entre gran tumulto de alaridos
exultan los ejércitos de mujeres con sus peltas lunadas.”

Quizás, al menos en la información que yo tengo, el que hace un relato más extenso con relación a las amazonas es Heródoto en su obra “Los nueve libros de la Historia”, concretamente en el tomo 4 dice así:

“En tiempos de la guerra entre los griegos y las amazonas, a quienes los escitas llaman Eorpata, palabra que equivale en griego a mata hombres, vencedores los griegos en la batalla del río Termodonte, se llevaban en tres navíos cuantas amazonas habían podido coger prisioneras, pero que ellas, habiéndose revelado en el mar, hicieron pedazos a sus guardias. Más como después que acabaron con toda la tripulación ni supiesen gobernar el timón, ni servirse del juego de las velas, ni bogar con los remos, se dejaban llevar a discreción del viento y de la corriente. Hizo la fortuna que llegasen a un lugar de la costa de la laguna Meótis llamado Cremnoi, que pertenece a la comarca de los escitas libres. Dejadas allí las naves, se encaminaron hacia el país habitado y se alzaron con la primera manada de caballos que casualmente hallaron, y montadas en ellos iban recorriendo y robando el país de los escitas.

No podían éstos atinar que raza de gente y que violencia fuese aquella, no entendiendo su lengua, no conociendo su traje, ni sabiendo de que nación eran y se admiraban de dónde les había podido venir aquella manada de bandoleros. Teníanlas, en efecto, por hombres todos de una misma edad, contra quienes habían tenido varias refriegas; pero apoderados después de algunas muertas en el combate, al cabo se desengañaron conociendo ser mujeres aquellos bandidos.

Parecióles que de ningún modo convenía matar en adelante a ninguna y que mejor fuera enviar sus mancebos hacia ellas en igual número al que podían conjeturar que sería el de las mujeres, dándoles orden de que plantado su campo vecino al de las enemigas, fuesen haciendo lo mismo que las viesen hacer, y que en caso de que ellas les acometieran no admitiesen el combate sino que huyesen, y cuando vieran que ya no les perseguían, se acampasen de nuevo cerca de ellas. La mira que tenían los escitas en estas resoluciones era de poder tener en ellas una sucesión de hijos belicosos.”

Y continúa la explicación relatando como los jóvenes elegidos para esta misión cumplían fielmente las instrucciones hasta que lograron que las amazonas no desconfiaran de ellos y así se fueron acercando cada vez más a su campamento imitando en todo el modo de vivir de ellas que normalmente era la caza y la pesca. Veamos que más nos cuenta.

“Solían las amazonas cerca del medio día andar vagando ya de una en una, ya por parejas, y retiradas una de otra acudían a sus necesidades mayores y menores. Los escitas, que lo habían ido observando, se dieron a ejecutar lo mismo, y hubo quien se abalanzó licenciosamente hacia una de ellas que iba sola: ni lo esquivó la amazona, sino que le dejó hacer de si lo que el mancebo quiso. Por desgracia, no podía hablarle porque no se entendían; pero con señas se ingenió y le dio a entender que al día siguiente acudiese al mismo lugar y que llevase compañía y viniesen dos, pues ella traería otra consigo. Al volver el mancebo a los suyos dio cuenta a todos de lo sucedido, y al otro día no faltó a la cita llevando un compañero, y halló a la amazona que con otra ya los estaba esperando.

Cerciorados los demás jóvenes de lo que pasaba, animáronse también a amansar a las demás amazonas, y llegó a tal punto, que unidos vivían en buena compañía, teniendo cada cual por mujer propia a la que primero había conocido. Y por más que los maridos no pudieron alcanzar a hablar la lengua de sus mujeres, pronto éstas aprendieron la de sus maridos.”


Si es cierto lo que acabamos de leer, parece ser que las mujeres eran las que llevaban la voz cantante en todo este asunto, ellas propusieron que las uniones se realizaran en mayor número y ellas las que aprendieron la lengua de los varones ya que a ellos los idiomas no se les daban bien. Pero esto no es todo, si seguimos leyendo veremos como terminan por llevarse al gato al agua.

“Habiendo, pues, vivido juntos algún tiempo, dijeron por fin los hombres a sus amazonas: -“Bien sabéis que nosotros tenemos más lejos a nuestros padres y también nuestros bienes, basta ya de esta situación, no vivamos así por más tiempo, sino vámonos de aquí y viviremos en compañía de los nuestros, y no temáis que os dejemos por otras mujeres. –Jamás, respondieron ellas; a nosotras no nos es posible vivir en compañía de vuestras hembras, pues no tenemos la misma educación y crianza que ellas. Nosotras disparamos el arco, tiramos el dardo, montamos a caballo, y esas habilidades mujeriles de hilar el copo, enhebrar la aguja, atender a los cuidados domésticos, las ignoramos. Vuestras mujeres, al contrario, nada saben de lo que sabemos nosotras, sino que sentadas en sus carros cubiertos hacen sus labores sin salir a cazar ni a ir a parte alguna. Ya veis con esto que no podríamos avenirnos. Si queréis obrar en rectitud y estar casados con nosotras como es justicia y razón, lo que debéis hacer es ir allá a veros con vuestros padres, pedirles que os den la parte legítima de sus bienes, y volviendo después, podremos vivir aparte formando nuestros aduares”.

O sea, se quedaban con los maridos, con los dineros de los maridos y viviendo según sus costumbres, se nota que estaban acostumbradas a dar órdenes y a tomar decisiones. ¿Aceptaron ellos esta proposición?, pues claro que si, ya sabéis lo que dice el refrán, “Tiran más dos tetas que dos carretas”, el refrán no es muy fino pero si muy explícito. Continuemos con la lectura.

“Dejáronse los jóvenes persuadir por estas razones, y después que hechas las reparticiones de los bienes paternos volvieron a vivir con sus amazonas, ellas les hablaron de nuevo en esta forma: -“Mucha pena nos da y nos tiene en continuo miedo pensar que hemos de vivir por esos vecinos contornos, viendo por una parte que hemos privado a vuestros padres de vuestra compañía y acordándonos por otra de las muchas correrías que hicimos en vuestra comarca. Ahora bien, ya que nos honráis y os honráis a vosotros mismos con querernos por esposas, hagamos lo que os proponemos. Vámonos de aquí, queridos; alcemos nuestros aduares y dejando esta tierra pasemos a la otra parte del Tanais donde plantaremos nuestros reales.”

Volvieron a ceder los chavales y recogiendo todas sus pertenencias emprendieron el camino hacia su nuevo lugar de residencia. Allí las mujeres siguieron viviendo según su costumbre, iban de caza con sus maridos o sin ellos y vestían igual que los hombres.

Eso es lo que Heródoto nos cuenta de ellas y en sus escritos les reconoce su valía, las describe como grandes luchadoras, inteligentes, emprendedoras…..Y entonces digo yo, ¿qué fue lo que falló en su comportamiento para que su raza se extinguiera y de ellas sólo quedara la leyenda y la duda de su existencia real?

20 Comments:

Blogger Briseida said...

¡Buena pregunta!
y... excelente tu compendio, Leodegundia.
Mucho.
Me ha encantado leerlo.
Y... ya sabes, disfruto con tu amena forma de exponer cada tema.
Y me encanta leer, por ejemplo: "... volvieron a ceder los chavales..."
:)
es genial.

besos!

enero 11, 2009 12:44 p. m.  
Blogger Ligia said...

Pues yo tampoco lo entiendo, porque en inteligencia hemos ganado siempre las mujeres, en belleza también, en prudencia, también... no sé, quizás los hombres son más astutos y a la chita callando... Me encantó tu historia. Besos

enero 11, 2009 2:38 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Algo sobre ellas ya había leído. Al igual que tu, también me he hecho esa pregunta.

Un saludo

enero 11, 2009 3:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Quizás quisieron acelerar el proceso que tan buenos resultados les dio y ya se sabe que las prisas son traicioneras...
No sé si en verdad existieron, pero yo quiero creer que si y así lo creo.

Me encantó la historia y tu manera tan amena de contarla.

Besos

enero 12, 2009 7:55 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

De momento poco puedo aportar, aunque copio y pego de Wikipedia.
Río Amazonas, Toponimia
La voz Amazonas proviene de río de las Amazonas dado al Marañón por Francisco de Orellana, luego de enfrentarse a una etnia local en la cual hombres y mujeres se defendían por igual. Orellana derivó el nombre del mito griego de las guerreras amazonas de Asia y África, narrado por Herodoto y Diodoro...
Un saludo.

enero 12, 2009 9:48 a. m.  
Blogger Pedro J. Sabalete Gil said...

Lo mismo siguen estando entre nosotros y sólo suplieron sus armas por otras menos reconocibles para hacer el mundo menos machista. Lo mismo son las mujeres que tenemos a nuestro lado y ni ellas saben que descienden de tan noble y ardoroso linaje.

Gracias por las reseñas, la única que conocía y muy parcialmente era la de Herodoto.

--
Saludos, Goathe.

enero 12, 2009 10:51 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Herodoto en sus Nueve Libros de la Historía, narra por primera vez la existencia de mujeres guerreras conocidas como amazonas, ocuparon numerosos pueblos por las monedas encontradas.
Me ha llamado la atención y lo mantengo vivo en el recuerdo a causa de las reuniones de amigas en mi casa donde mi madre nos narraba numerosos "cuentos" de héroes griegos, romanos...historias de la mitologia.
El origen de la palabra amazonas, uno de tantos, proviene del griego mazós que significa "teta" y "a" privativo, porque desde niñas les quemaban u oprimian el pecho derecho para poder disparar con libertad el arco.
Sin embargo existe otra leyenda donde afirman que las amazonas son mujeres abundantes de senos,adoradoras de Artemisa,la gran diosa nodriza de la naturaleza.
No mantenían relaciones sexuales, tan solo una vez al año para perpetuar la raza.Si el fruto era niño se lo entregaban al padre (todo para el),si era niña emoción, alegria y juerga y adiestramiento para la guerra.
Siempre estaban dispuestas para la lucha.Se enfrentaron contra Hércules que quería apropiarse del cinturón de Marte que llevaba Hipólita reina de las amazonas, después de una larga lucha, Hércules se apodera del cinturón, consiguiendo asi el noveno trabajo de los doce que Euristeo había impuesto a Hércules.
No acaba aqui el relato sobre las Amazonas, pero nosotras eramos pequeñas y ahí dejó la historia mi madre para continuarla más adelante. Muestra de su extensión e interés, tenemos el papiro que nos ha expuesto nuestra erudita Leodegundia, Y aquí lo tengo para goce y recuerdo de mi espíritu "acabado lo inacabado".
Eres sublime.Abrazos Guille

enero 12, 2009 5:51 p. m.  
Blogger Maca said...

¿TU CREES QUE SI LA COSA FUERA REAL DESAPARECERIAN SIN DEJAR RASTRO?
!!PUES MENUDAS SOMOS LAS FEMINAS!! MAL LLAMADAS EL SEXO DEVIL.
BESOS AMAZONICOS

enero 12, 2009 9:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

me ha parecido preciosa la historia de los escitas que insisten hasta que consiguen ligar, todo un canto a la paz

mi saludo

enero 12, 2009 10:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo de pequeña sólo recuerdo que quería ser una amazona, me atraía fervientemente esa existencia en los bosques, luchando con los avatares...

Gracias por ilustrarnos de esta manera.

enero 13, 2009 12:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Puede que el propósito de los mitos sea liberar la angustia producida por ciertas situaciones de conflicto y tensión social. Lo que no me cabe duda es que los mitos se adaptan a los tiempos y a las necesidades. Y hay que ver lo que les gustaba a los griegos la ambigüedad, la paradoja… y la pedagogía. Hay que entender que en la mentalidad patriarcal cuando un hombre deja de ser hombre el mundo se convierte en un caos. En la sociedad griega las amazonas encarnarían algo antinatural; trastocarían esa identidad espacial y simbólica atribuida a cada sexo. Las amazonas son la imagen de la paradoja infinita, de un mundo civilizado que se vuelve del revés. Eran definitivamente el opuesto de las mujeres griegas que estaban consignadas al hogar, que tejían, hacían las labores de la casa y cuidaban de los niños. El mito refuerza ese orden, o al menos a mí me lo parece ya que en esos relatos, curiosamente, las amazonas enfrentadas con algún héroe griego, siempre perdieron todas las batallas y de qué trágica manera, por cierto.

Un abrazo

enero 13, 2009 1:35 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Almena - :-) Bueno, es que ya sabes que en este blog no se dan lecciones magistrales, simplemente se charla en una tertulia entre amigos y por lo tanto se usa un lenguaje coloquial.

Ligia – Yo diría que los sentimientos nos pueden y por eso al final siempre cede la mujer, bueno, o casi siempre.

Bardibnda – Supongo que habrá más información sobre ellas, pero yo no la encontré.

Trini – Si, supongo que existieron pero luego se perdieron en la niebla del tiempo.

Unjubilado – De las amazonas americanas también se habló pero no debe de haber mucha información tampoco, así que ellas también siguen entre la niebla.

Goathemala - :-) Bueno, guerreras, guerreras todas lo somos un poco pues siempre tenemos que acabar luchando en varios frentes pero me parece que esta lucha tampoco da para mucho.

Guille – Depende de quien cuente la historia, entregaban a los hijos varones al padre o los mataban, bueno, supongo que de todo habría pues entre todas ellas alguna un tanto bruta y fanática habría.
Pero al final ¿te das cuenta que en todas las batallas que relatan los historiadores ellas perdían? y si te fijas en los frisos, ellas siempre andan tiradas por el suelo.

Maca – Si, lo creo porque las mujeres seremos las mal llamadas sexo débil, aunque a la larga demostramos ser más débiles porque siempre llevamos la peor parte, refunfuñamos mucho, pero nos aguantamos.

Amor – Si, ahí ellos demostraron inteligencia, claro que si lo que querían eran nietos guerreros, al final se les fueron de las manos y además perdieron también a sus hijos pues se marcharon detrás de las amazonas.

Zana – Sin embargo yo nunca fui partidaria de esas vidas tan agitadas, :-) soy mucho más sedentaria.

Marian – Es cierto, supongo que los historiadores las ensalzarían para luego dejarlas caer desde más arriba y que se dieran un batacazo. Como le dije a Guille en los frisos siempre se las ve en el suelo o a punto de caer, nunca se las ve vencedoras.
De todas formas, y hablo de la mujer de cualquier época en general, por muy listas que sean, por muy trabajadoras que sean, por muy fuertes que sea, al final siempre quedan dos o tres peldaños más abajo y empiezo a pensar que son los sentimientos que nos pueden y no medimos las cosas con la misma visión que los hombres, los sentimientos siempre nos hacen ceder al final y volvemos a bajar peldaños.

enero 15, 2009 4:48 p. m.  
Blogger fonsado said...

¿Fantasía, realidad ...?
Habrá un poco de todo, pero esta entrada resulta un excelente peldaño para ahondar en un asunto que, por lo menos para mí, era totalmente desconocido.
Un abrazo Leo y gracias por tus comentarios.

enero 15, 2009 11:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Leo:
Creo que todas las informaciones apuntan a que existieron, pero seguramente no en la forma que las leyendas pregonan.
Leo, ante los problemas con ya.com me he pasado a http://blogdelospalabros.wordpress.com
Un beso
José

enero 16, 2009 10:33 p. m.  
Blogger Azusa said...

Yo había oído una leyenda que decía que las amazonas se cortaban o quemaban el pecho derecho para poder tirar mejor con el arco. Con el izquierdo sería entonces con el único con el que podrían amamantar a sus hijos...

enero 16, 2009 11:41 p. m.  
Blogger clariana said...

Me ha gustado mucho todo el comentario y los escritos, el de Herodoto, las imágenes que has puesto en el blog, todo, es una maravilla.
Pues me parecería muy bien que hubieran existido, eran unas féminas muy fuertes y arriesgadas sin parangón.
Yo lo que creo es que la mujer tendría que estar más preparada en cuanto a defensa, saber artes marciales, o algo así, pues desgraciadamente es demasiado víctima de agresiones, también ahora. Excelente el post, Leodegundia.

enero 17, 2009 1:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querida Leo te contesto a tus preguntas.Si me di cuenta,lo que ocurre es que me hace sentir mal ver lo poco que avanzamos en la lucha por nuestros derechos. Aquí, no es exactamente la lucha por la igualdad de derechos,pero son muy significativas las figuras de los frisos; la mujer aparece maltratada, vejada...Siempre bajo el dominio machista. Muchas imágenes similares estamos viendo en la actualidad, demasiadas.Abrazos Guille

enero 17, 2009 9:37 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Fonsado – Aunque se pueda suponer que hay una gran parte de fantasía no podemos pensar que no existieron ya que en todas las épocas existieron algunas mujeres bastante guerreras.
No tienes que darme las gracias porque visitar tu blog es garantía de pasar un rato magnífico en el que siempre se aprende algo, cosa muy importante para mí.

José Sans – Tomo nota rápidamente, creí que habías vuelto a desaparecer otra vez y me alegra que no sea así.

Azusa – Si, es una leyenda muy extendida pero yo tengo mis duda de que sea cierta, más creo que forme parte de lo que algunos querían que se creyera de ellas para demostrar que eran bastante salvajes.

Clariana – La mujer tendría que estar más preparada no en artes marciales, si no en más respeto hacia si misma y valorarse lo suficiente para no creer que es inferior al hombre y con esto no quiero decir que yo sea feminista, sencillamente creo que hombre y mujer deben de estar al mismo nivel en derechos y obligaciones y para nada pienso que las mujeres sean mejores que los hombres ni viceversa, que de todo, bueno y malo, hay en los dos grupos.

Guille – Se que esto no gusta a mucha gente, pero sinceramente creo que en el maltrato a las mujeres, una buena parte la culpa es de las propias mujeres por eso se avanza tan poco, son las mujeres las primeras que tienen que reciclarse y empezar a valorarse y a respetarse a si mismas.

enero 18, 2009 8:47 a. m.  
Blogger Tawaki said...

¡Qué curioso! Me estoy leyendo una biografía sobre Alejandro Magno y en el capítulo de esta mañana se nombraba a las amazonas.

Muy interesante lo que nos cuentas.

Un abrazo.

enero 19, 2009 11:15 a. m.  
Blogger RosaMaría said...

muy ilustrativo, seguro que existieron como en todas las guerras, salieron a defender sus familias y su terruño.
sí, tal vez con menos adornos.
me encantó tu reporte.
besos

agosto 10, 2009 9:21 p. m.  

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