Cortas vacaciones

Mucha fue la gente que se marchó de vacaciones durante el verano, sobre todo en Agosto, pero algunos, por diversas razones, tuvimos que quedarnos en casa, pero como no somos gente que se desmoralice ni se deprima con facilidad, haremos un pequeño viaje imaginario de fin de semana a un lugar bellísimo de la comunidad autónoma de Aragón, Benasque, en la provincia de Huesca. Para ello, ocuparemos una plaza en el autobús de Leodegundia que sin peligro ninguno de accidente nos llevará a nuestro destino.

Mientras llegamos podemos hablar un poco de esta localidad. Se cree que fue fundada por los romanos, aunque como no existen documentos que lo acrediten habrá que acercarse al año 1006 en que figura en el documento más antiguo. Desde el siglo XI perteneció al Condado de Ribagorza que formaba parte del Reino de Aragón. No hay duda de que en tiempos fue importante si se juzga por los escudos heráldicos y por las edificaciones antiguas que todavía se conservan, como el Palacio de los Condes de Ribagorza, conocido también como Casa Albar, que data del siglo XVI, o la Casa Faure, del mismo siglo, o la Casa Juste, quizás la más antigua con su torre del siglo XV. y la Iglesia de Santa María levantada a finales del siglo XII.
Hoy en día Benasque es un paso obligado hacia las grandes estaciones de esquí, siendo una de las más relevantes la de Cerler.

Como habréis observado, el viaje duró poco, ya llegamos a nuestro destino y lo primero será dejar las maletas en el hotel y refrescarnos un poco antes de salir a recorrer el casco urbano paseando por sus estrechas y empedradas calles para conocer a continuación las calles y edificaciones más modernas, pero que no por ser modernas dejan de tener ese encanto de la zona de montaña.

Palacio de los Condes de Ribagorza o Casa Albar que se está restaurando para albergar un espacio multicultural.

Detalle de la misma.

Iglesia de Santa María

Una de las estrechas calles empedradas.

Un pasaje de piedra

que nos conduce a este bello rincón.

Da gusto pasear por sus calles tan limpias y llenas de flores.

Después de tanto caminar hay que descansar un poco y dónde mejor que en Rabason, así que os invito a tomar un vinillo que sirven aquí en esta tasca que antiguamente era una cuadra, con sus paredes revestidas de troncos y su mostrador de madera y por la decoración tan variada que incluye incluso telas de araña, pero lo mejor es el ambiente pues aquí recalan todos los montañeros que recorren las montañas de los alrededores.

Una vez tomado el piscolabis volvemos a la calle para conocer la parte más moderna.

Después de contemplar el río Ésera regresamos al hotel para descansar que mañana haremos una excursión por los alrededores. Pero antes, si alguien quiere comprar material de deporte aquí hay una buena tienda, la de Barrabés

¡Todo el mundo en pie!

Dejamos la zona urbana para darnos un paseo por los alrededores y tomar contacto con la naturaleza. Como en este viaje el tiempo no cuenta ni las distancias tampoco, nos moveremos de un lado a otro con facilidad. Para empezar tomaremos el camino para conocer el ibón (así se llama a los lagos de los Pirineos) de Cregüeña que está arropado por las crestas de la Maladeta.

Comenzamos a caminar

Pronto pasamos delante de este torrente.

Mientras vamos ascendiendo no dejemos de contemplar la gran variedad de flores que son un placer para la vista.

Y aquí tenemos dos montes cuyos nombres recordareis de los tiempos de estudiante, Aneto y Maladetas

Y por fin llegamos al Ibón de Cregüeña. Destaca, aparte de por la belleza de su entorno, por el intenso color azul que contrasta con el blanco de la roca granítica que lo rodea.

Ahora cambiamos de rumbo y nos vamos a conocer otros ibones preciosos y otras montañas.

Ibonet de Batisielles

El Perdiguero, uno de los gigantes pirenaicos.

Ibón de Escarpinosa

Visitaremos a continuación La Tuca de Salvaguardia que tiene una de las mejores vistas de las montañas de la zona, tan buena es que durante las guerras entre franceses y aragoneses se ponía en su cumbre un guardia para ver la llegada del enemigo y de ahí le viene el nombre.

Tuca del Salvaguardia

Una de las vistas desde Salvaguardia

Si antes nos fijamos en las flores, ahora lo haremos en los animales.

Subiendo hacia el Turbón

El Turbón se considera una montaña mágica. Se dice que aquí se juntaban las brujas de la zona, como dice la canción:

“Bruixeta ven a bailar
la polka de la luna llena
Hay aquelarres hoy en Tella y el Turbón…..”

Como recuerdo todos nos llevaremos una flor de Edelweiss, eso si, imaginaria como todo el viaje, porque estas flores corren el riesgo de extinguirse debido a que todo el mundo quiere llevarse una a casa y nosotros no queremos dañar a la naturaleza.

Nota: Doy las gracias a Esther y Emilio por todas estas fotos.