Adiós, Navidad, adiós
Querida Navidad cada día siento más pena al ver como se te acorrala con la intención de llegar a conseguir tu eliminación total. Leo con tristeza que los socialistas pretenden prohibir los belenes en todos los colegios públicos de mi ciudad incluso saltándose el derecho de la mayoría, pues basta que con que un padre no lo quiera ver allí para que todos los demás padres tengan que aceptar que quede desterrado y no pueda hacer las delicias de los niños que nada entienden de politiqueos.
Primero se aceptó de buen grado, aunque no por mi parte todo hay que decirlo, la intromisión de ese gordo vestido de rojo que a cada poco suelta una estúpida risa y que fue comiendo terreno a nuestros queridos Reyes Magos y todo por la disculpa de que él llegaba antes y los niños pudieran disfrutar más tiempo de sus regalos navideños, como si un año no fuera un año aunque se empiece a contar desde la fecha que sea. ¿Dónde quedaron aquellas maravillosas noches en las que los niños aguzábamos el oído para poder oírlos llegar pero que siempre el sueño nos vencía y por lo tanto su llegada seguía otro año más en el misterio de saber como se colaban en nuestras casas? La mañana de Reyes era la única en la que no poníamos ningún reparo en madrugar, nos abalanzábamos sobre el zapato que habíamos dejado limpio y relimpio para recoger esos juguetes que no siempre eran los que habíamos pedido pero que, encontráramos lo que encontráramos, nunca nos sentíamos desilusionados.
Y ahora eso ya nos les basta a algunos, ahora quieren también apartar a un lado nuestro querido belén, ese que construíamos con tanto cariño y trabajo, todo hay que decirlo. El primer día salíamos a buscar musgo, piedras, tierra y pequeñas ramitas que servirían para figurar que eran árboles. Luego se discutía donde tenía que ir el portal, por donde tendría que discurrir ese río de papel de plata que muchas veces se desplazaba y teníamos que volver a colocar en su sitio pero que con esos desplazamientos nunca se ahogaba nadie, en los huertos que hacíamos con la tierra recogida y en la que se plantaban lentejas pues crecían con rapidez y enseguida se veía la cosecha, luego el musgo que hacía las veces de prado y allí colocábamos las ovejas que teníamos que clavar con fuerza pues si no muchas se caían patas arriba, no podían faltar los pastores, un pozo, cerdos, patos y gallinas y a veces en lo mas alto un castillo. Pero lo más interesante eran quizás esos tres reyes que iban por el camino y a los que todos los días adelantábamos un poco para ir acercándolos al portal en donde se encontraba lo más importante, las entrañables figuras que nunca podían faltar: San José, la Virgen, el Niño Jesús, y el buey y la mula que le daban calor.
Cuantos villancicos cantábamos ante el nacimiento, la mayor parte de las veces totalmente desentonados, pero eso si, ruidosos a golpe de castañuela y pandereta. Eran días felices, alegres, donde no faltaba la ilusión, esa que todos los años se renovaba como si fuera algo nuevo cuando en realidad era algo repetido año tras año, muchos antes de haber nacido nosotros y con la idea de que continuara muchos después, incluso cuando nosotros ya no estuviéramos aquí para celebrarlo pues jamás se nos pasó por la cabeza que algo tan hermoso pudiera ser atacado y devorado por esas personas a las que no les importa que los niños pierdan la ilusión de una fecha tan especial convirtiéndolos en unos materialistas, meros consumidores de regalos pero sin un ápice de fantasía.
Adiós, Navidad, adiós, nunca creí que pudiera llegar a ver algo así y tener que despedirme de ti, pero el ogro devorador de todo aquello que le huela a religión tiene prisa por eliminarlo todo y en ese todo van también esos belenes y los días de ilusión que aportaban.
19 Comments:
Últimamente no soy nada religiosa, y estoy bastante de acuerdo con un estado totalmente laico... pero creo que se pueden guardar algunas cosas en aras de la tradición. El belén es algo típicamente nuestro, es bonito y a casi todos nos recuerda infancias felices... no tiene ningún sentido eliminarlo. Si no les gusta su significado original o simbolismo, que se mantenga por su belleza y por su tradición. Ni que se hiciera ningún daño con ello... Es que a veces, parece que hay que sacarle punta a todo. Yo también me uno a tus reivindicaciones, Leo, mantengamos nuestras tradiciones, nuestros Reyes y nuestros belenes...
Yo no soy tan pesimista en ese aspecto, pues creo que aunque cambien las costumbres también permanecen las antiguas y no se pueden cambiar por decreto. A los niños les siguen gustando los belenes y aunque puede que en su casa tengan el árbol y un Papá Noel colgando de la ventana, sus padres los llevan a ver los que hay en otras partes por muy ateos que sean.
tu descripción de la noche de reyes es totalmente igualita a la que yo vivía en mi infancia.
Yo también "retardé" todo lo que pude, al señor de rojo, pero al final acabé cediendo y regalando dos veces, pues nuestros queridos reyes, nunca faltarán en mi casa.
Ya vés como son las cosas, todo el mundo que viene de fuera lucha porque aquí se respeten sus costumbres y nosotros !!hala!! a echar por tierra las nuestras.
PERO SIEMPRE QUEDAŔA EN NUESTROS CORAZONES ¿VERDAD? un beso muy grande
Azusa – Yo no me meto con la religión de nadie, pero hay algo que no entiendo y es que ahora todo lo que huela a religión católica hay que desterrarlo mientras que se muestra un gran respeto por otras religiones y a parte de eso se aceptan tradiciones de otros países y se arrinconan las nuestras.
Senior Citicen – Yo si soy pesimista pues no dejes de tener en cuenta que si en sus casas se implanta el árbol y el Papá Noel a los niños es eso lo que se les está enseñando y tarde o temprano, y a las prisas que se están dando va a ser temprano, los belenes desaparecerán. No es lo mismo ir a ver los belenes de fuera que es como ir a ver algo exótico que vivirlo dentro de casa.
Maca – Si, en nuestros corazones si, pero ¿y en el de los que ahora son niños?. Ahora a los niños por supuesto que les encantan los regalos se los traiga quien se los traiga, pero se pierden el misterio de la noche de Reyes esperando para ver que les traían porque ¿qué misterio hay si ahora los niños van con los padres a comprar los regalos?
Leo, leyendo tus palabras me ha dado por llorar, has removido la melancolia que arrastro estos días prenavideños, como cada año. Quizá provenga esta nube de tristeza de ver lo que queda de aquella ilusión que para mí era la navidad de mi infancia y compararla con esta de hoy, tan materialista, tan artificial.
Lo de suprimir los belenes no tiene perdón, si no de Dios, en el que al parecer no creen, no lo tiene de la inocencia, la belleza, la infancia, la ternura, la ilusion...
Lo que más me duele, es que si yo voy a algún país e incluso al pueblo de al lado, he de acatar y respetar sus costumbres, y aquí, en este "novelero" país nuestro, seamos tan estúpidos como para ir "matando" lo nuestro, por que algunos (propios y extraños)así lo juzguen, en favor de no sé que ideología errada, en la que sinceramente, inocentes, no habíamos pensado.
Afortunadamente, aquí en el sur, tras vagar algunos años entre árbolitos y noeles, expresamente, se ha instalado de nuevo la tradición por los belenes, pero claro, dirán que los andaluces no vamos con los tiempos...
Besos
Independientemente de las ideas religiosas, las tradiciones que nos llegan de generación en generación, deben mantenerse. Abrazos.
Si el belén desaparece será porque en los pisos modernos hay poco espacio y es más fácil poner un árbol, pero en donde hay sitio los niños exigen las dos cosas, aunque sea para jugar con las figuras. Y la prueba de ello es que hay gran cantidad de figuras de plástico en las tiendas, que son feísimas, pero que no hay miedo de que las rompan.
TriniReina – Pienso como tú Trini y desde luego la que no va con los tiempos soy yo y sobre todo cuando llega esta época y veo como cada año se va arrinconando lo nuestro para dar paso a lo de fuera. Cada vez que me asomo a la ventana o voy por la calle y veo esos Papás Noeles colgados de ventanas y balcones desearía poder convertirme en la “Embrujada” y con un movimiento de mi nariz tirarlos todos al suelo, :-) ya se que esto no es tener un espíritu navideño muy pacífico, pero no lo puedo evitar.
Fgiucich – Pienso que esta tradición del belén no hace daño a nadie y es muy bonita y emotiva.
Senior Citizen – Hija mía, me dirás que soy más terca que una mula y no te equivocarías ni un ápice, pero en dónde cabe un árbol cabe un pequeño nacimiento y así además no se echarían a perder tantos abetos como se tiran en esta temporada pues los que se pueden recuperar son muy pocos, la mayoría acaban en la basura.
Y en cuanto a las figuras de plástico tienes razón, son feas con avaricia y ahora que lo comentas recuerdo un belén de cumbres que vi no hace mucho y que debió de ser comprado en los chinos, era horroroso.
Me quedo de piedra con tu comentario de hoy. ¿Qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia? Es alucinante. Mejor me callo y me uno a tus palabras. Abrazos
No son pillos los socialistas,se aprovechan de los niños en edad escolar porque pueden manejarlos e inculcarles sus ideas a su antojo y como los encargados de la enseñanza están bajo su"dominio", tienen que aceptar.
¿Sabes lo que han hecho en un hospital? que los obligaron a quitar los crucifijos y los dueños los pegaron a la pared con
silicona.
Todos los años pongo mi belén y el de mis nietos(este del euro) bueno pues ya me están llamando para ver cuando lo montamos. Son pequeños pero disfrutan colocando a su antojo las figuras. Esa comunicación entre abuela y nietos no se da en otro evento y eso si que es importante.
Aunque vivo sola, el Misterio y un arbol ecológico(tiene 10 años) no faltan en mi casa, mis hijos hacen igual.Para mi lo que está demás es el consumismo navideño.
Soy una incondicional tuya, me uno a tus reivindicaciones.
Un abrazo.
Ligia – Como se suele decir “cosas veredes”, ahora está poniéndose de moda rechazar todo lo que huela a religión, bueno, a la nuestra, y claro, la Navidad tiene mucho que ver así que hay que eliminarla. Para mi esto es muy triste.
Guillermina – En este caso fueron los socialistas del ayuntamiento, pero hay otras personas que no son socialistas y también se unen a esta moda.
Me alegra que en tu familia se siga con la tradición del belén porque es cuando los niños son pequeños que pueden disfrutar de verdad de estas fechas.
El Belén es un peldaño más en esa rabiosa triturada de costumbres, tradiciones e ideas y, en lo que se puede, Historia.
Un abrazo.
Leo, me niego en redondo a despedirme de la Navidad, pues con la misma ilusión de una niña me encanta preparar mi belen, con sus patitos, su río y su lavandera.
Me encanta la noche de reyes, nunca se sabe... la magia esta en la ilusión que le pongamos nosotros, yo espero y deseo no en estos días sino en todos los días del año que este mundo cambie y que los niños no pierdan la inocencia y la ilusión que los hace libre. Soñar es vivir una vida paralela, y es un viaje que esta permitido solo aquellos que llevan al niño de ayer en la mirada.
Por esta Navidad y por la que nos queden por disfrutar, un brindis amiga.
Un beso y un abrazo por nuestra amistad.
Leodegundia, por favor no seas escéptica, en Zaragoza ya se ha instalado el Belén en la Plaza del Pilar, este año tiene 2.400 metros cuadrados de superficie, la mayoría de las figuras son de tamaño real.
Aunque recomiendan dos visitas, diurna y nocturna, espero poder hacer una de día, si fuera así crearía un Slide para que se pueda ver como es nuestro Belén.
Pese a todo estoy de acuerdo contigo que muchas tradiciones se están perdiendo.
Un abrazo
Alejandro Kreiner – Algunas tradiciones deberían de acabarse cuando conllevan crueldad, pero la de los belenes no creo que haga daño a nadie.
Fonsado – Sencillamente creo que ahora está de moda renegar de todo lo que se crea tiene que ver con la religión, la cristiana por supuesto, con las otras parece que estas mismas personas son muy respetuosas.
Oréadas – Yo no quisiera despedirme de ella pero tal y como van las cosas acabará desapareciendo pues si se van eliminando estas tradiciones al final no quedará nada, sólo el recuerdo de los que disfrutamos de ellas sobre todo en nuestra infancia, ¿pero que podrán disfrutar ni recordar las nuevas generaciones?
Unjubilado – Y en Oviedo en la plaza de la catedral también está ya instalado, pero lograron que no se pusiera en varios colegios y eso es el primer paso para ir retirándolo cada vez de más sitios.
Había leído una noticia.
El alcalde de Oviedo recuerda que el portal de Belén es el "símbolo de la Navidad por excelencia"
Fuente : 20 minutos
Saludos
No te despidas. Somos muchos los que pensamos como tú. Lo que pasa es que los otros, los que se llaman tolerantes, hacen más ruido.
Es triste, eso sí, ver que todo se mercantiliza, pero de nosotros depende el ponerle freno.
Un abrazo.
Unjubilado - :-) Bueno, no olvidemos de que el alcalde y el que propuso quitar los belenes son de partidos diferentes y además el alcalde siempre mostró mucho interés por la Navidad y disfruta más que un niño con la cabalgata de Reyes.
Tawaki – Ya se que los que no queremos que desaparezca la Navidad somos los que tenemos que luchar por ella, el problema es que hay mucha gente que ya ni siquiera muestra interés por esa lucha y pasan de todo y eso da ventaja a los demás.
Tienes razón Leo.
Le comentaba esto el otro día a el Jubi, que publicó un post sobre belenes. Que nos invanden con costumbres que no son nuestras y que estamos sustituyendo el Belén y los Reyes por el Arbol y Papa Nöel. Con lo bonita que es nuestra tradición de los belenes. Además eso es lo que verdaderamente se conmemora, un Nacimiento.¡La Navidad!
Todos nuestros recuerdos, nuestra cultura, esta vinculada a poner los belenes en casa y en los colegios, en cantar lo villancicos...¡no renunciemos a lo que es nuestro!
Un fuerte abrazo.
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