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jueves, diciembre 28, 2006

¡Basta de dulce!

Creo que con todo el turrón que estamos comiendo en estas fechas y con la cantidad de palabras dulzonas cargadas de tan buenos deseos y con tanto hablar de amor, paz y felicidad, nos estamos empalagando un poco, así que creo que será mejor que volvamos al mundo real en el que no hay tanto dulce y aunque os parezca raro, lo haremos de la mano de una leyenda de la mitología clásica en las que como ya sabéis los protagonistas suelen sacar a relucir sus sentimientos buenos pero también su crueldad, o sea, como en la vida misma.

Cuenta la leyenda que un día en que Palas Atenea paseaba por el bosque, encontró un hueso doble que las hormigas habían vaciado y limpiado por dentro; decidió hacerle unos agujeros y se dio cuenta de que si soplaba por el extremo donde se unían los dos huesos, el aire producía unos bellos sonidos. Muy contenta con su descubrimiento decidió enseñárselo a los dioses del Olimpo, se sentó frente a ellos y comenzó a tocar. La música producida era maravillosa pero los que la escuchaban empezaron a reírse y a cuchichear entre ellos lo que mosqueó mucho a Palas Atenea que dedujo que si la música era deliciosa, el motivo de las risas tenía que ser ella misma.

Enfadada bajó a la tierra, buscó un lago de agua cristalina y se inclinó para poder contemplar su imagen en él, en un principio no vio nada raro, así que volvió a interpretar la misma música sin dejar de contemplarse y fue entonces cuando se dio cuenta del motivo de las risas y cuchicheos. La imagen que se reflejaba mostraba una cara abotargada y enrojecida por el esfuerzo, con los ojos casi cerrados y las aletas de la nariz dilatadas lo que le daba un aspecto desagradable. Enfurecida arrojó la flauta al suelo echándole además la siguiente maldición: “A cualquiera que toque esta flauta le sobrevendrá una desgracia”.

No tardó en pasar por allí un sátiro llamado Marsias, personaje inofensivo y no muy espabilado, que habitaba en los bosques. Encontró la flauta y se dijo: “Si me tropiezo con esto, será porque me va a servir de algo, así que me lo quedo”.

Se llevó la flauta a la boca y comenzó a soplar. No tenía ni idea de música, pero como por arte de magia de ella salieron unos sonidos celestiales y Marsias que era un poco creído lo atribuyó a su habilidad y ni corto ni perezoso empezó a dar conciertos a todo aquel que quisiera escucharle. Todos alababan sus interpretaciones hasta que uno le dijo: “Sólo Apolo, el dios de la música, toca tan bien como tú”.

Si en ese momento Marsias hubiera sido más modesto y no hubiera querido igualarse a los dioses no le hubiera pasado nada, pero la vanidad ciega siempre y lleva por malos caminos. Como siempre hay orejas que todo lo oyen y bocas que todo lo cuentan, alguien le fue con el chisme a Apolo que no destacaba precisamente por su humildad y que ante la vanidad del sátiro, decidió retarlo a una competición, él tocaría la lira y Marsias la flauta. Este en lugar de retirarse alegando cualquier disculpa, aceptó encantado con lo que nuevamente metió la pata. Está claro que el que se empeña en no ver lo que se le viene encima, se vuelve totalmente ciego.

Apolo convocó a las musas y a las diosas de las artes y las ciencias para que ejercieran de jurado y como él era un dios y su oponente sólo un sátiro, decidió que le correspondía poner las reglas de la competición. Sólo puso una pero cargada de muy mala fe: “El que gane podrá hacer con el otro lo que quiera”. Marsias, cegado por el placer de competir con un dios la aceptó sin pensar lo que esto podría suponer, estaba demasiado orgulloso de si mismo y de su música para pararse a pensar que podría perder, así que volvió a meter la pata y ya no se si le quedaban más patas que meter.

Comenzó la competición y al principio la cosa estaba bastante igualada, con lo que las musas no veían claro quien podría ser el vencedor, así que Apolo propuso hacer una modificación, que Marsias hiciera todo lo que él hiciera y que si era capaz de seguirle, le daría como ganador. Ni aún con esta propuesta tan sospechosa el sátiro se decidió a abandonar la competición, el que las musas no hubieran podido dar claramente el nombre de un vencedor le hacía sentirse tan orgulloso que su capacidad de raciocinio era nula, si es que alguna vez lo tuvo.

Y empezó la segunda ronda. Apolo le dio la vuelta a la lira, la tocó con la mano izquierda y comenzó a cantar al mismo tiempo. “Vamos Marsias - le dijo – dale la vuelta a tu instrumento y canta mientras tocas”. Claro, esto con una lira puede hacerse, pero no con una flauta pues ni toca poniéndola al revés ni se puede cantar al tiempo que se toca, así que el sátiro perdió la competición y las musas ya tuvieron claro quien había ganado.

Apolo ejerciendo su derecho por el premio conseguido en el que podía hacer lo que quisiera con el perdedor, cogió a Marsias por el cuello, lo ató a un árbol y lo desolló vivo.

Que la soberbia no te ciegue impidiéndote ver tus limitaciones y las intenciones de tu oponente si no quieres terminar como Marsias.

32 Comments:

Blogger Azusa said...

Gracias por contarnos la historia mitológica, no sabía de la suerte que corrió Marsias...

Feliz Año, Leo

diciembre 29, 2006 10:59 a. m.  
Blogger TORO SALVAJE said...

Sabio consejo amiga.

De todas formas Apolo era un poquito cruel, no?

Besos.

diciembre 29, 2006 6:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tienes toda la razón -faltaría más -, yo también estoy harta del empalago de bondad con fecha de caducidad, léase Navidad, parece que el resto del año no importa , mientras seas buen@ en estas fechas, me tienen ...

Apolo demostró ser como casi todo el mundo que ostenta una parcela de poder, pisar al de abajo y medrar a costa de lo que sea.

Te das cuenta amiga que nada cambia?, que se repiten actitudes a lo largo de la historia, si hasta los mismos Dioses !!!!

Podióooooooooo, que pase pronto el síndrome navideño, hay que ser buena gente todo el año.

Besinos amiga, en Navidad y después y el año que viene ;-), forever

diciembre 29, 2006 10:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Una enseñanza util para la vida diaria, y para sobrevivir en la jungla en la que se conviernte en muchas ocasiones.

diciembre 30, 2006 12:24 a. m.  
Blogger schatz67 said...

En realidad los dioses no se diferenciaban mucho de los mortales;tenían los mismos defectos y debilidades,aunado al hecho de contar con un excesivo poder que usualmente usaban mal.

Un fuerte abrazo de fin de año Leo

Schatz

diciembre 30, 2006 6:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estos dioses no se andaban con chiquitas... Pero la soberbia y la necedad van de la mano. Hay muchos Marsías que son como el gallo que creía que el sol había salido sólo para oirle cantar.

Un besín y ¡Feliz 2007!

diciembre 30, 2006 9:24 a. m.  
Blogger Ogigia said...

te decía, que no sé si llegó, que al final lo sdioses siempre están d enuestro lado por la cuenta que les tiene, ...feliz añoooooooooooooooo,contadora de historias...

diciembre 30, 2006 1:48 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Azusa – El pobre Marsias pagó bien cara su falta de sentido común.
Feliz año para ti también.

Torosalvaje – Jaja, ¿un poquito dices?, yo diría que se pasó bastante con eso de desollarlo vivo.

Niebla – Amiguina, hay gente a la que no le basta con ser superior, necesita aplastar a los que le rodean para que a nadie le quepa duda de lo maravillosos que son y no se dan cuenta que este proceder en lugar de elevarlos más lo que hace es convertirlos en personas despreciables.

Consumidor irritado – Cierto, de todas estas leyendas se pueden sacar buenas lecciones.

Schatz67 – Eso es lo que yo no entiendo muy bien ya que al ser dioses con unos poderes tan grandes debería de corresponderles un juicio mayor y un corazón más sensible.

Marian – Desde luego que no se andaban con chiquitas, el que a sus ojos caía en desgracia rara vez podía contarlo. La pena es que dioses o no, hay demasiada soberbia y demasiada estupidez en el mundo.

Ogigia – Pues no estoy yo tan segura, si los dioses son en realidad como cuentan las leyendas mitológicas, casi mejor tenerlos lejos, muy lejos.

diciembre 30, 2006 5:49 p. m.  
Blogger Noa- said...

Cierra los ojos. Piensa en lo que te hizo sonreir en el año que termina y olvida todo lo demás.
Ojalá esas sonrisas se multipliquen por 2007.
Que tus sueños más atrevidos dejes de vivirlos a oscuras y las únicas lágrimas que derrames sean de felicidad.

Feliz año nuevo!

Besotes

diciembre 30, 2006 8:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Para este nuevo año que hoy iniciaremos, os deseo, que todos los camino que temías cerrados, se abran; que los suelos escabrosos se alisen; que los sueños se cumplan y os traigan sosiego; que la dicha os inunde y el amor os guíe; que las sombras se alarguen y desaparezcan; y que lo que atesoréis no os impida ser solidarios y humanos.

De corazón

Carmen Moreno Martín
Alias Hannah

diciembre 31, 2006 8:04 a. m.  
Blogger Mayte said...

Buen consejo...mejor historia si viene de ti, siempre hay algo hermoso, un abrazo ENORME Y DOCE BIKOS...gracias por un año más...lleno de cariño y buenos deseos seño Leo :)!!!

diciembre 31, 2006 5:23 p. m.  
Blogger Peggy said...

Que el nuevo año te traiga las sorpresas vitales y gratas que desees:)

diciembre 31, 2006 5:47 p. m.  
Blogger Vitore said...

Que poco sentido del humor tenía Apolo. Podía haberle dicho al pobre Marsias que se comiera un polvorón y dijera Pamplona mientras silbaba... :)

Buen 2007

diciembre 31, 2006 7:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy bonito el relato y mas teniendo en cuenta que no lo conocía.
Pero es que Marsias además de ser un fatuo sátiro, no conocía las nuevas tecnologías, se tenía que haber llevado un reproductor portátil de CDs y hubiera tocado en playback, seguro que Apolo no se habría enterado.
Abrazos musicales

enero 01, 2007 8:37 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Noa – Espero que tus deseos se cumplan en su totalidad y no sólo para mi, si no también para todos los que me visitáis.

Hannah – Si lo que tú deseas se cumpliera, este año sería verdaderamente feliz para todo el mundo.

Azul – Si, el consejo es bueno, ahora sólo queda que si se nos presenta una situación similar, sepamos aplicarlo.

Peggy – Lo mismo deseo para ti.

Vitore – Jaja, tienes razón, quizás no lo hizo porque no conocía ese dulce navideño y ya puestos a cobrarse el premio se le ocurrió despellejarle, por hacer algo, no por maldad.

Unjubilado - :-))) Tienes toda la razón, pero ya sabes que hay gente a la que le cuesta mucho ponerse al día con los nuevos inventos, fíjate lo que le pasó por no conocer el playback.

enero 01, 2007 9:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuanto me gusta la mitología.. buen ejemplo Leo. La soberbia NUNCA es buena consejera. La ceguera voluntaria tampoco.
Espero este 2007 seguir disfrutando de tus historias. Un beso

enero 01, 2007 8:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Holas amiga, sólo paso a desearte un muy buen año 2007 y los siguientes...

Y gracias por todo el trabajo que te tomas en mostrarnos cantidad de cosas desconocidas...

Y más gracias por ser tan buena gente, tan buen amiga, tan......Leodegundia.

Sé que sabes que te quiero ;-), muackssssssssss.

enero 01, 2007 9:52 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Buenos días amiga Leo muy interesante tu post, bueno como todo lo que escribes, del que se puede sacar una moraleja:estudia primero tus posibilidades y capacidades al enfrentarte al oponente y sopesarlas.Tienes dos soluciones: retirarte a tiempo o enfrentarte asumiendo todas las consecuencias.
Un abrazo muy fuete.Nina

enero 02, 2007 9:10 a. m.  
Blogger Briseida said...

sí, sí, que no nos ciegue la soberbia, que ya sabemos sus resultados.
:)

Que el año que comienza te sea venturoso, querida Leodegundia.

Un beso grande

enero 02, 2007 11:47 a. m.  
Blogger . said...

Te dejo unos cuantos besos y muchos deseos de felicidad.

bohemiamar

enero 02, 2007 4:24 p. m.  
Blogger carlitos said...

Hay no se borro mi comentario! Bueno, me dio un poco de risa el como Marsias pensaba ganar y como castigaría a Apolo, además de que era mas su ego el que lo cego sin aceptar sus limitaciones como mortal. A Apolo le falto terminar diciendo "inocente palomita" jeje.

Feliz año Leo, gracias por el correo =) Un fuerte abrazo desde mi Palapa

enero 02, 2007 5:34 p. m.  
Blogger Meigo, aprendiz de Druida said...

na gran moraleja. Ahora por nuestros lares no se practica tal tecnica mortal a los enemigos, por lo menos lícitamente, aunque será mejor no dar ideas. Pero si las hubiera, vaya trabajo para el verdugo.
Un beso muy fuerte y feliz 2007

enero 02, 2007 7:52 p. m.  
Blogger Edem said...

Ten cuidado con desafiar a los dioses... suelen recoger el guante y te dan un golpe, a menudo mortal. Eso decian los romanos cuando alguien juraba por ellos, con la esperanza de que el juramento no fuera en vano.
Y ademas, la leccion de, guiarse por la soberbia, creyendose superior a los demás, conlleva sus riesgos. Y sus maldiciones. Sobre todo si te enfrentas a alguien superior, como a los del Olimpo.
Un saludo de Edem

enero 02, 2007 10:16 p. m.  
Blogger Raúl said...

Muy bonita historia... Jamás la había escuchado... Siempre encuenrta uno cosas nuevas por acá...

Recibe un abrazo de feliz año. Te quiero y te admiro mucho.

(Me llamaron mucho la atención los trabajos artesanales hechos en estaño que incluíste en un post anterior.... (me estoy desatrasando...) así que me gustaría saber si me recomiendas algún sitio de internet para averiguar al respecto... )

Saludos!

enero 03, 2007 4:18 p. m.  
Blogger Raúl said...

Hola... He visitado, aunque un poco tarde, el Valle del Silencio y el Museo de Oviedo...

Del primero, quedé enamorado... es un post para leer varias veces. Creo que uno se malacostumbra a leer todo a la carrera, pero un Unicornio que galopaba entre tus líneas me dijo que no, que esta vez debía leer desapcio para poder sentir como el agua se detiene ante el clamor del eremita... Para adivinar las historias del Tejo, que me ha recordado con su perennidad una canción del venezolano Franco de Vita ("Cuantas histoiras habrán oído, los árboles y las flores, los muros ya vencidos...")

De la visita al museo, te cuento que quedé encantado con la Inmaculada Concepción... Tal vez he visto muchos cuadros dedicados al tema, pero esta es la primera vez que observo detalles... Ese rostro de María... tal vez en transe, en extásis... Ese montón de angelitos, unos tiernos y otros (para mi) aterradores, envueltos en un infinito nudo de carne (que así lo veo aún siendo ellos incorporeos), que hace un tremendo contraste con uan paloma solitaria con una inusual pose arrogante... Un espíritu Santo del que los ojos de María parecen no despegarse... ¿Qué haya abajo en las manos de un ángel? ¿Una custodia?...

El Santo Domingo de EL Greco, también me gustó...

Saludos y gracias por tan buenos posts...

enero 03, 2007 4:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hace años leí la historia en uno d elos libros de mitología que tenía mi padre en la biblioteca. Me gustaba mucho. Ya no la recordaba y ahora me sorprendo al darme cuenta de la crueldad de Apolo, y de lo cierto que resulta tu consejo en la vida real.

Un beso, Leo, y que el año nuevo sea para ti venturoso y lleno de alegrias.

enero 03, 2007 9:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

En cuanto a la soberbia, flaco favor hace a las personas; no sé encontrar una situación en la que la soberbia tenga una explicación por la que estar.

La vanidad se parece a la anterior, así sin pensarlo. De ellas, esultan personas con las que al final, tienes que cortar por hartazgo.

enero 03, 2007 10:04 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Lamima – A mi también me gustaría seguir con el blog en el 2007 aunque cada vez me cuesta mas trabajo actualizar y corresponder a las visitas, mi tiempo es cada vez mas escaso y mi cansancio cada vez mayor. En fin, veremos que es lo que pasa.

Niebla - :-)) Menos halagos que no estoy acostumbrada, de todos ellos me quedaré solamente con el de: tan…....Leodegundia.

Nina – Como se suele decir y con mucho acierto creo yo, una retirada a tiempo es una victoria, lo que pasa que para eso hace falta que la soberbia y la propia sobre valoración no figuren entre tus “cualidades”.

Almena – Que sea un buen año para todos y que podamos seguir reuniéndonos para charlar aunque sólo sea por medio de la red.

Bohemiamar – Muchas gracias, los recojo encantada.

Carlos – Con los dioses no se debe de jugar y mucho menos retarles intentando ganar la partida.

Meigo y druida – Quizás ahora no se despelleja físicamente, o al menos eso espero, pero moralmente se hace todos los días y sin ningún remordimiento, jaja, no hay más que ver la tele.

Edem - ¡Ni se me ocurre!. Cuanto mas conozco de la mitología mas deseo estar lejos, pero que muy lejos de los dioses porque hay que reconocer que tienen muy mal genio y demasiado poder.

Raúl – Veo que “te desatrasaste” de lo lindo, menuda panzada de leer que te diste.
Procuraré buscarte algunas páginas de Internet que hablen sobre los trabajos con estaño o mejor, se lo preguntaré a la persona que los hizo.

Cris – Aunque en casi todas las leyendas de la mitología sale a relucir la crueldad no dejan de estar llenas de buenos consejos para la vida, incluso ahora en estos tiempos modernos en los que se cree que todo se sabe.

Noamanda - :-)) Me costó un poco reconocerte, pero ahora ya se en donde nos encontramos. Buen lugar ese de las puestas de sol.

Noa con las mujeres en la sombra - Bienvenida a mi casa.
Soberbia, vanidad, orgullo, altanería, petulancia y otras lindezas similares deberíamos de dejarlas a un lado si queremos vivir felices y hacer felices también a los que nos rodean.

enero 04, 2007 4:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues creo que Apolo se pasó un poco con el presumido Marsias, aunque es un buen ejemplo para no dejarse llevar por la vanidad y el orgullo.

Besos

enero 05, 2007 8:24 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Trini - Jaja, yo diría que se pasó un mucho, pero quizás así aprendamos todos la lección un poco mejor.

enero 05, 2007 7:08 p. m.  
Blogger mixtu said...

Yo soy un grand trabajador e ... mentiroso~


beijinhos

enero 09, 2007 1:56 a. m.  
Blogger mixtu said...

yayayaya

enero 09, 2007 1:57 a. m.  

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