Grande y dilatado mar
Cuando contemplo el mar me maravilla su inmensidad, su fuerza, su belleza tan cambiante. Da sensación además de frescura y limpieza y sin embargo, a pesar de que a simple vista no lo parezca, el mar cada vez está más sucio porque entre todos, unos en mayor medida que otros, nos encargamos de enviarle ríos y ríos de porquería que cada vez lo contaminan más haciendo que enferme tanto él como los seres que allí tienen su hábitat.
Cuando pensamos en la contaminación marina lo primero que se nos viene a la cabeza son los vertidos de petróleo por lo muy llamativos que son, pero no son los únicos:
Allí van a parar los vertidos de aguas residuales y aunque en algunos sitios estas aguas se depuran eso no quiere decir que los vertidos eliminen por completo los microorganismos, suelen llevar entre otras cosas: hongos, bacterias y virus de origen humano.
Llegan al mar también metales pesados de las explotaciones mineras de tierra y submarinas, de la metalurgia y de las empresas químicas. Estos metales pesados producen toxicidad, no son biodegradables y además determinadas algas los acumulan y son dañinas para los animales que se alimentan de ellas.
Y no olvidemos que también acaban en el mar los pesticidas que le llegan por el agua de los ríos y por el aire.
Y volviendo al petróleo no podemos perder de vista los vertidos grandes y pequeños que se producen en las zonas de pesca o en las habituales de tráfico marino en donde los barcos limpian sus tanques sin importarles al daño que causan y por supuesto los naufragios de esos enormes petroleros que vierten en el mar toneladas de crudo de los que el mar se recupera muy lentamente y que deja daños en ocasiones irreparables.
En las siguientes ilustraciones se pueden localizar los que quizás son los peores naufragios de los últimos años y que desgraciadamente quizás no sean los últimos porque al día de hoy todavía siguen navegando petroleros que son auténticas bombas que pueden estallar en cualquier momento y lugar.
Creo que muchos de estos naufragios se podrían evitar si se pusiera interés en ello y no se dejara circular a barcos que desde su construcción fueron problemáticos, tal es el caso del María Alejandra que pongo aquí como ejemplo.
Digamos que este petrolero empezó con mal pié incluso antes de construirse ya que el contrato cambió tres veces de dueño antes de comenzar su construcción siendo adquirido por fin por la naviera española Mar Oil, S.A. Las cosas no terminaron con estos cambios de propietario ya que durante las pruebas sufrió bastantes incidentes el peor de los cuales fue el desprendimiento de una plancha del casco que lo llevó de nuevo a dique seco. De nuevo sale al mar para efectuar nuevas pruebas y es el timón el que no funciona correctamente, regreso de nuevo a dique seco para volver a repararlo.
Cuando al fin se le pone en circulación, en su viaje hacia el Golfo Pérsico se produce una avería en la cadena de distribución del motor principal que lo deja sin propulsión con el peligro de la proximidad de la costa. Fue remolcado hasta Durban en donde la reparación duró veinte días. A la vuelta del Golfo Pérsico con sus tanques llenos, de nuevo, y esta vez en medio de un gran temporal al cruzar el Cabo de Buena Esperanza, se avería el sistema de gobierno por rotura de una tubería de canalización del sistema hidráulico, esta vez fue la tripulación que con unos apaños caseros resolvió la situación pudiendo llegar a España para su reparación definitiva.
Pero sus problemas eran muy variados: averías en el motor principal, problemas en la estructura de los tanques y también en la cubierta, en el sistema de gas inerte y otros desperfectos en los camarotes de la tripulación.
En 1980 fue fletado por la Compañía Cepsa para traer petróleo desde el Golfo Pérsico hasta Algeciras, llega a su destino y como no podía acercase al pantalán por su gran tamaño, fue necesario amarrarlo a una monoboya situada en el interior de la bahía y para evitar que el barco chocara con ella un remolcador permanecía amarrado a su popa durante todo el tiempo que durara la descarga. La maniobra de descarga no fue fácil, por avería en los motores eléctricos, los dos ventiladores necesarios estaban averiados por lo que no se pudo emplear en la descarga y el lastrado de tanques el sistema de gas inerte, la causa de esta avería fue al parecer por un defecto en la potencia ya que sus motores eran de 170 CV y la necesaria para un buque como este eran de 200 CV como mínimo.
Una vez efectuada por fin la descarga y a pesar de que la avería no estaba arreglada, el María Alejandra parte de nuevo aunque estas anomalías eran conocidas por la empresa Maroil, S.A., dueña del buque. Ponen rumbo a las Islas Canarias para, entre otras cosas, hacer relevos del personal y en este trayecto se produjo una avería que hizo necesario parar el motor principal para cambiar el obturador del pistón nº 3. Arreglado esto y recogidas las personas que estaban esperando en La Palmas, el petrolero sigue rumbo al Golfo Pérsico para efectuar una nueva carga. Durante el viaje se fueron realizando todos los trabajos habituales del barco entre los que se encontraban la limpieza de los tanques, tarea pesada y que no estuvo exenta de problemas hasta que de pronto se sintió una fuerte explosión. Los cristales del ventanal del puente mando se hicieron añicos y del centro del buque surgió una nube de humo en forma de hongo, el asombro de todos fue enorme y cuando todavía no se habían recuperado del susto, se produjo otra explosión mas fuerte que la anterior que hizo estremecerse al barco y prácticamente eliminó la cubierta lo que significaba casi la muerte del barco y esta no fue la última, hubo una tercera y una cuarta y para animar la fiesta, los restos del crudo comenzaron a arder, la estructura muy dañada por los desgarros producidos por las explosiones casi partió al barco en dos con lo que el agua del mar hizo su entrada triunfal en el casco del barco inundando sin obstáculo alguno la sala de máquinas propiciando el hundimiento de la popa y rompiendo definitivamente el barco. Fue todo tan rápido que ni si quiera se pudo pedir ayuda, así que los supervivientes sabían que tendrían que esperar a que algún barco pasara por allí y los recogiera.
Bien, no es necesario alargarse más con esta tragedia porque lo que quiero en realidad es que todos nos demos cuenta de que al igual que este barco posiblemente hay muchos otros navegando que son verdaderas bombas flotantes y que desgraciadamente lo que prima no es la seguridad y respeto hacia el mar tan necesario para todos, lo que prima es sacar dinero y más dinero a costa de lo que sea y si para ello se ponen en circulación barcos que no reúnen las condiciones de seguridad necesarias, no importa con tal de haberles sacado provecho durante un tiempo aunque luego se vayan al fondo contaminando no sólo con el petróleo que transportan si no también con los restos de los barcos que una vez instalados en el fondo del mar contaminan tanto o más que el petróleo.
Conociendo todas estas cosas, creo que deberíamos de comprender que el mar se enfade y nos sacuda con unos cuantos tsunamis de vez en cuando tanto por las porquerías que le enviamos como por el poco respeto que tenemos de la costa.
13 Comments:
Muchísima razón en tus palabras, Leo. Debería haber más conciencia cívica en esos temas. Aquí se dice que cuando se construye en terrenos ganados al mar, éste se lo lleva tarde o temprano porque el mar también tiene su límite. Besos
A pesar de que en realidad todos conocemos estas cosas, no está de más que alguien nos la recuerde de vez en cuando, pues tendemos a escandalizarnos por un momento, y a olvidar al siguiente...
Nos estamos cargando el mundo, y no sólo el mar, el ser humano es realmente un parásito para la Tierra
Es una verguenza que usemos la inteligencia para destruir no para construir.Es más importante el factor dinero que el factor humano.
Guerras, hambre, desprendimiento de radiaciones tóxicas, el pozo negro del mar, vertedero de todo tipo de sustancias nocivas...
Somos los humanos los depredadores de nosotros mismos Un abrazo Carolina
Siempre es un placer leerte, tienes un don especial para atrapar en la lectura de tus post, todos muy interesantes y amenos.
Esa foto...hace nada que llegué y ya lo añoro, me encanta.
En cuanto al tema tienes mucha razón, no imaginas la cantidad de bolsas de plástico que saqué a la papelera, y botellas que los papis cortan para entretener a sus retoños "pescando" y luego dejan abandonadas en las rocas,hasta una garrafa de plástico duro de las de 5 litros!!!!!.
Todos/as debemos colaborar en su limpieza.
Un abrazo marino
A pesar de todo que envidia me das con esa vista tan bonita y refrescante del mar, aquí en Zaragoza cada día baja menos agua por el Ebro, no hacen mas que dragar el río y aún siguen sin llegar los barquitos a la Expo porque encallan y siguen los de Valencia y Murcia pidiéndonos ¡AGUA! que humor tienen jeje.
Un abrazo.
La verdad es que este barco era, lo que por aquí se dice, una chapuza. Y, si como dices en tu post, por ahí hay muchos iguales o peores que este, navegando, el asunto es pata echarse a temblar.
Quizá nos pensemos que el mar, al ser tan inmenso, se traga todo. Y eso es el peor d elos errores y, tampoco veo que se haga mucho por corregirlo.
Un abrazo Leo
¡Cuánta razón tienes, querida leo! El deseo desenfrenado de ganar dinero, representado por unos pocos, va a llevar a la ruina el planeta entero. ¡Y aún se quejan de que, en tiempos de crisis, el gobierno no recorte las ayudas sociales! Por mi parte, creo que el capitalismo salvaje se está adueñando a toda prisa del mundo entero. Besos, querida amiga, y que esta semana vaya bien.
Siempre pensamos que el mar es grande e inmenso, pero es finito demasiado finito y con nuestra infinita estupidez terminaremos con él. Muy, pero que muy irritante.
He visto muchos audiovisuales en la Expo, pero este ganaría la palma. Que mal tratamos a nuestro planeta, en la mayoría de los casos el agua, nuestra fuente de vida, la derrochamos, la contaminamos, en muchos casos por afán de lucro, en otros simplemente, pensamos que hay mucha y la desperdiciamos.
Me ha maravillado como en los países mas sedientos aprovechan el agua.
Un saludo entristecido ya que la "odisea" del María Alejandra se puede repetir en cualquier momento.
Coincido contigo, querida amiga, en ese prufundo e incondicional amor por el mar. Por eso mismo, me resulta totalmente imperdonable la falta de respeto con el que se le trata, convirtiendo a algo que es patrimonio de todos nosotros, y fuente de vida, en poco más que un canal sucio y pestilente. Como en muchos otros casos, hay una solución: la concienciación. En la medida en que todos este concienciados de lo que ocurre, será más fácil exigir a quien corresponde que tome las medidas adecuadas para mantener con vida ese tesoro vivo que son nuestros mares.
Salud
Qué poco cuidamos a nuestro planeta, qué poco lo amamos. Y olvidamos todos los días que no es nuestro, es un bien que pedimos prestado a nuestros hijos.
Un beso!
Y no te olvides de la basura en el sentido de desperdicios. Si el mar se secara nos sorprenderíamos del estado del fondo.
Tienes razón, pero los intereses económicos están por encima de todo y resulta que España es uno de los productores de petroleros con sólo un casco. Sufrimos las mareas negras y no somos capaces de arreglarlo.
Un abrazo.
Ligia – Así es, y también pasa cuando se construye en los cauces secos de los ríos y cuando llueve mucho y el río vuelve a surgir se lleva por delante todo lo construido, pero es que me parece que nunca vamos a aprender a respetar a la naturaleza.
Azusa – Si, todos sabemos lo que está pasando, pero la gente se encoge de hombros y piensa que todavía hay mucho tiempo para intentar arreglarlo y la verdad es que cada vez hay menos tiempo.
Anónimo – Los humanos destrozamos a la naturaleza sin pararnos a pensar que en realidad dependemos de ella y lo triste es que si no empezamos ya a tomar medidas, llegará un momento en que nada se podrá hacer para remediar el mal.
Xana – Es increíble que estando las papeleras a dos metros de distancia de donde se encuentra la gente, se tiren las cosas al suelo. Cada vez que veo algo así me enfado un montón. Con lo precioso que queda todo cuando está limpio. Jeje, y luego dicen que las palomas son sucias, y las personas ¿qué?.
Javier – En Asturias tenemos bastante mar para lo pequeña que es esta comunidad.
En cuanto a lo de repartir el agua del Ebro, ya te comenté que lo que tenéis que hacer es explicar alto y claro lo que pasa con el caudal de ese río porque estoy segura que nadie se imagina que el río que supuestamente es el más caudaloso de España, no tenga agua.
Trini – Ya sabes lo que se dice: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Como no podemos ver lo que el mar encierra no nos damos cuenta de la cantidad de porquería que tiene y lo malo es que cuando podamos verlo ya no quedará mar que mirar.
Isabel romana – El capitalismo salvaje siempre estuvo en el mundo, gente que le importa un pito la naturaleza y lo que con ella pase porque sólo ven y sólo les importa lo que tienen a su alrededor mientras ellos vivan, suelen pensar que el que venga detrás que se arregle como pueda.
Consumidor irritado – No se si es más irritante o más triste, pero como sigamos tratando al mar como hasta ahora, al final lo pagaremos muy caro.
Unjubilado – Quizás todos deberíamos de pasar unas “vacaciones” en esos lugares donde el agua apenas existe y así aprenderíamos a no despilfarrar ese bien que cada vez es más escaso y creo que también muy preocupante.
Charles de batz – Si, la concienciación sería lo correcto, pero ¿quién nos concienciaría?. Los políticos no pues aunque tienen los medios para hacerlo no les importa, ¿los padres que tienen que educar a sus hijos? tampoco porque son ellos mismos los que con sus actitud muestran a sus hijos el desprecio por la naturaleza. ¿Quién entonces? quizás los que predicamos un día y otro a favor de la naturaleza, pero me temo que no lograremos nada pues o no nos escuchan o creen que estamos un poco chalados.
Triste, muy triste.
Julia (misceláneas) – Bienvenida a mi casa.
Tienes razón, que poco lo queremos, pero aunque no lo quisiéramos al menos podríamos respetarlo, por el bien de todos.
Tawaki – Si pudiéramos ver la porquerías que el mar encierra nos pondríamos colorados hasta la médula, menuda vergüenza.
Sufrimos las mareas negras y en alguna ocasión la gente se alborota y sale a la calle a decir “nunca mais”, pero me gustaría saber en donde está esa gente a la que no se le volvió a ver el pelo ni a oír sus gritos con otros barcos que más recientemente soltaron petróleo en el mar, ¿se les acabó la fuerza con lo del Prestige o políticamente ya no es necesario?.
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