Trini Reina

Muchos, yo diría casi todos los que visitáis mi casa, conocéis a Trini Reina por lo tanto no hace falta deciros cual es el tema de la mayoría de sus blogs. Ahora y con toda la ilusión que produce a cualquier escritor, acaba de publicar un libro de poemas del que se siente muy orgullosa y con este motivo me concede una entrevista para ayudarnos a conocerla un poco mejor.

Esta es la portada del libro en el que acompañando a los poemas de Trini están los cuadros de Isabel Navarro Verdú, pintora que ya colaboró en mi blog de “Pintura y poesía” en más de una ocasión y a la que desde aquí mando un saludo.

Además de la publicación de este libro tiene dos editados a nivel particular, los titulados “Perlas del alma” y “Versos de pitiminí” y cinco poemarios registrados: “Azules rotos”, “Voces peregrinas”, “De islas sumergidas y tesoros nunca hallados”, “Sueños en pos de un olvido” y “A medio latido del alma”.

¿Crees que detrás de “Azules atardeceres de la memoria” podemos esperar la publicación de los otros que acabo de citar?

Eso espero. De todas maneras, he tardado cuatro años en editar este y por ahora no me planteo una nueva edición. Todo se andará, ahora mi deseo es seguir escribiendo y disfrutar mientras tanto de esta ilusión cumplida.

¿Qué supone para ti la publicación de este libro?

Como te he dicho antes, la consecución de un sueño. Creo que todo el que escribe, en el fondo, espera una oportunidad así, cosa que he de decir que, con las nuevas tecnologías, es más factible de lo que en principio pensamos.

Tengo entendido que empezaste en la poesía en un momento un tanto crítico de tu vida.

Sí, concretamente cuando comencé a recuperarme de un cáncer de mama. Desde que tengo uso de razón he amado las letras, aunque declaro que jamás había trazado una frase medianamente coherente, e infinitamente menos, un verso. He de confesar que yo soy la primera sorprendida en que a mi edad y bajo mis circunstancias, me haya alcanzado la bendita musa de la poesía. Lo que demuestra que mientras vivimos siempre estamos a tiempo para todo, incluso lo más impensable.

Se tiene la idea de que cuando un poeta escribe vuelca en el poema vivencias propias, así que por ejemplo, si habla de desamor es que en su vida reina el desamor ¿esto es cierto?

En mi vida real no reina el desamor que digamos, aunque en mi poesía sea el tema predominante. Me es fácil y placentero cantar al desamor, a la soledad, la ausencia o la desesperanza. Lo que sí es cierto es que todo lo que escribo, lo siento, ya sea íntimamente, o tratando de entrar en la piel de otra persona, por lo que me cuenta o lo que le presiento.

Tienes varios blogs todos ellos de poesía, ¿hay alguno al que le tengas un aprecio especial?

A Poemas de Shanna (Vehemencias) Acaso porque fue el primero y en el está toda mi producción literaria. También le tengo especial cariño a “Pequeñeces”

Además de en tus blogs, ¿escribes en alguna otra publicación?

A veces, de tarde en tarde, edito algo en páginas literarias, como “Epílogo” , “Ciudad Blog” y “Comuniquémonos”. También en el Canal de Poesía del IRC Hispano, en el cuál me han editado varios poemas en un poemario colectivo, titulado “Más allá del cristal”

Últimamente participaste en varios recitales de poesía, al principio tengo entendido que resulta un poco violento leer los propios poemas en voz alta porque es como desnudar el alma ante el público ¿te sucedió a ti? ¿te resulta cómodo ahora?

En este último año he participado en varias lecturas poéticas o recitales. La primera vez que me puse ante un micrófono, estaba muy nerviosa, mas no por desnudar el alma, sino por la inexperiencia. Con el tiempo, digamos que “he ganado tablas”. La prueba de fuego fue en estas Navidades en que recité un poema a los Reyes Magos, en la iglesia de mi pueblo, Tomares, que estaba a rebosar de paisanos.
Hoy, precisamente, y acompañada por el grupo poético “Alborada” al que pertenezco desde hace unos meses, hemos recitado poemas de San Juan de la Cruz, ante los ancianos de Asitel, el Centro de Día de mi pueblo.
La verdad es que me siento intranquila en los prolegómenos, pero una vez ante el atril es como si me transfigurara y fuese otro ser quién recita.

¿Es más fácil en poesía escribir sobre sentimientos tristes que sobre sentimientos alegres?

Para mí sí lo es, no sé para otros poetas, pero si es mi caso. También me resulta fácil escribir sobre el inmenso amor a la vida, que profeso. No me es tan cómodo, por otro lado, escribir al amor en su apogeo, esto me cuesta más y he de esforzarme bastante y nunca me siento satisfecha con el trabajo.

¿Definirías tu poesía como romántica?

Sí. Yo la defino como líricamente romántica.

¿Eres lo que se llama una escritora disciplinada que escribe todos los días durante un tiempo determinado o sólo escribes cuando la inspiración llama a tu puerta con insistencia?

No, no soy disciplinada a la hora de escribir, prefiero esperar la inspiración o buscarla: leyendo mucho, mirando hacia dentro, o contemplando con los ojos del alma, cuanto me rodea.

Transcribiré ahora unos fragmentos de algunos de sus poemas para que os hagáis una idea del contenido del libro.

XXVI

Mi corazón
no tiene espacios para que vivas.
No cabe tu desamor en mi corazón.
Si llegas y llamas,
no recibirás respuesta.
No atiende a llamadas
Quien ya murió.

Sombras

No la busques al borde del mar,
en aquella playa imposible, salpicada de gaviotas.
Tampoco en las riberas argentinas del río,
confundida con los naranjos, bañada de azahares.

No la busques en las cumbres ceñidas de nieves;
ni en las laderas tapizadas de arcaicos olivos.
No la busques en el epicentro de su mundo;
ni en los grises suburbios de tus dominios.

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Vehemencia

Para que la mirase, se vistió de luna y, en la noche más despejada, se colgó del cielo. Pero él, rendido de indiferencia, se quedó dormido. Y se agotó la madrugada, y se apagó la luna…

Para que la oyese, se hizo guitarra y, al son del amor que abrigaba, libertó sus cuerdas. Mas él, inertes los sentidos, no percibió el embrujo de aquella sinfonía, ni se conmovió ante la espiritualidad de sus clamores.

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Días de sol

¿Dónde fueron a morir los días de sol,
aquellos días felices como estrellas?;
la casa, que hería con su blancura,
las puertas, eternamente abiertas,
por donde la dicha, entrando y saliendo,
tintinaba sus campanillas.

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Y para terminar un fragmento tan bello como este:

Feliz

A veces, sin previo aviso, de repente, un aluvión de bienestar, una riada de gratitud a la vida, me colma el espíritu. Es una sensación tan extraña, tan hondamente jubilosa, que su furia me comprime el pecho, como si fuese un acordeón por una mano invisible acariciado.

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¡Enhorabuena, Trini!