Vacas flacas
“Al cabo de dos años soñó el faraón que estaba a orillas del río, y veía subir de él siete vacas hermosas y muy gordas, que se pusieron a pacer la verdura de la orilla; pero he aquí que después subieron del río otras siete vacas feas y muy flacas, y se pusieron junto a las siete que estaban en la orilla del río, y las siete vacas feas y flacas se comieron a las siete hermosas y gordas”.
Este pasaje de la Biblia que narra los sueños del faraón y la interpretación que de ellos hizo José, se utiliza como metáfora para indicar cuando las cosas nos vienen mal. En la vida hay épocas en que parece que todo nos sale bien y luego, casi sin previo aviso, las cosas empiezan a torcerse y nos empiezan a llover las desgracias.
En mi casa llevábamos ya un tiempo en que “esas famosas vacas” empezaron a adelgazar y a ponerse bastante mustias. El comienzo de 2009 no fue bueno y según iban pasando los meses las “vacas” desmejoraban a ojos vistas, lo que significa que los problemas se multiplicaban siendo el peor de ellos la enfermedad de mi madre. El final del año fue tan malo que nos hacía presagiar que 2010 no iba a entrar con mejor aspecto, y así fue, en febrero, mes que parece no ser muy bueno para mi familia, fallecía mi madre después de una demasiado larga y dolorosa agonía, cuatro días antes del aniversario de la muerte de mi padre que nos había dejado hace unos años.
Aunque la muerte debería de sernos familiar, es muy difícil aceptarla cuando el que muere es un ser querido y más todavía cuando ese ser querido es una madre que lo dio todo por sus hijos y que era el centro de la familia. Con su muerte mi casa queda un tanto vacía pues su lugar nunca podrá ocuparse, pero nos queda también un encargo en el que ella insistía mucho, mantener a la familia unida como una piña aunque ella ya no esté.
Nos quedan también los recuerdos acumulados a la largo de toda nuestra vida, aún nos parece escucharla cantar, y oírla trajinar en la cocina haciendo aquellas riquísimas galletas, aquellos higos en almíbar, aquellos marañuelos y otras muchas recetas más que ahora me doy cuenta desaparecieron con ella. Nos queda aquella frase que nos repetía con frecuencia cuando éramos pequeñas: “Hijas mías, el que sabe hacerlo sabe mandarlo” y basándose en ella nos obligaba a aprender todas las labores de la casa sin descuidar nuestros estudios. En aquel momento aquella frase nos repateaba bastante, pero con el paso de los años comprendimos que había sido una buena lección y le agradecimos, y aún hoy lo hacemos, el que nos convirtiera en personas autosuficientes. Tantos y tantos momentos compartidos tal vez olvidados durante años que supongo irán aflorando ahora que ella ya no está. No volveremos a verla, pero estoy segura que ella seguirá con nosotros pues en nuestro pensamiento seguirá viva y cercana.
En cuanto a las “vacas”, espero que pronto empiecen a mejorar su aspecto y engorden un tanto pues necesitamos un poco de descanso para poder continuar caminando por la vida hasta que a nosotros nos llegue también el final.
Os deseo unas “vacas gordas y lustrosas” para todos y espero que ahora podamos retomar el contacto ya que vuelvo a reabrir esta tertulia con la que tan buenos ratos pasé en vuestra compañía y aprovecho para dar las gracias a todos aquellos que os preocupasteis por mi largo silencio.
Este pasaje de la Biblia que narra los sueños del faraón y la interpretación que de ellos hizo José, se utiliza como metáfora para indicar cuando las cosas nos vienen mal. En la vida hay épocas en que parece que todo nos sale bien y luego, casi sin previo aviso, las cosas empiezan a torcerse y nos empiezan a llover las desgracias.
En mi casa llevábamos ya un tiempo en que “esas famosas vacas” empezaron a adelgazar y a ponerse bastante mustias. El comienzo de 2009 no fue bueno y según iban pasando los meses las “vacas” desmejoraban a ojos vistas, lo que significa que los problemas se multiplicaban siendo el peor de ellos la enfermedad de mi madre. El final del año fue tan malo que nos hacía presagiar que 2010 no iba a entrar con mejor aspecto, y así fue, en febrero, mes que parece no ser muy bueno para mi familia, fallecía mi madre después de una demasiado larga y dolorosa agonía, cuatro días antes del aniversario de la muerte de mi padre que nos había dejado hace unos años.
Aunque la muerte debería de sernos familiar, es muy difícil aceptarla cuando el que muere es un ser querido y más todavía cuando ese ser querido es una madre que lo dio todo por sus hijos y que era el centro de la familia. Con su muerte mi casa queda un tanto vacía pues su lugar nunca podrá ocuparse, pero nos queda también un encargo en el que ella insistía mucho, mantener a la familia unida como una piña aunque ella ya no esté.
Nos quedan también los recuerdos acumulados a la largo de toda nuestra vida, aún nos parece escucharla cantar, y oírla trajinar en la cocina haciendo aquellas riquísimas galletas, aquellos higos en almíbar, aquellos marañuelos y otras muchas recetas más que ahora me doy cuenta desaparecieron con ella. Nos queda aquella frase que nos repetía con frecuencia cuando éramos pequeñas: “Hijas mías, el que sabe hacerlo sabe mandarlo” y basándose en ella nos obligaba a aprender todas las labores de la casa sin descuidar nuestros estudios. En aquel momento aquella frase nos repateaba bastante, pero con el paso de los años comprendimos que había sido una buena lección y le agradecimos, y aún hoy lo hacemos, el que nos convirtiera en personas autosuficientes. Tantos y tantos momentos compartidos tal vez olvidados durante años que supongo irán aflorando ahora que ella ya no está. No volveremos a verla, pero estoy segura que ella seguirá con nosotros pues en nuestro pensamiento seguirá viva y cercana.
En cuanto a las “vacas”, espero que pronto empiecen a mejorar su aspecto y engorden un tanto pues necesitamos un poco de descanso para poder continuar caminando por la vida hasta que a nosotros nos llegue también el final.
Os deseo unas “vacas gordas y lustrosas” para todos y espero que ahora podamos retomar el contacto ya que vuelvo a reabrir esta tertulia con la que tan buenos ratos pasé en vuestra compañía y aprovecho para dar las gracias a todos aquellos que os preocupasteis por mi largo silencio.
29 Comments:
Me alegro de volver a leerte, Leo. Aunque sin duda alguna, es en tristes circunstancias. Lamento el fallecimiento de tu madre, cielo. Supuse que algo así habría pasado, eran ya muchos dìas de ausencia.
Solo me resta decirte que ánimo, mucha fuerza, y sobre todo que aquí nos tienes a todos para lo que sea, como antes de tener que ausentarte.
El año pasado tampoco fue bueno en mi caso, hubo también un fallecimiento en Navidad, y cuesta...cuesta mucho hacerse a la idea de que no vas a volver a ver más a la gente que quieres y que se ha ido.
Espero que esas "vacas flacas" engorden como dices.
De corazón..un abrazo y un beso enorme.
Me brotado una sonrisa cuando dices que "en aquel entonces aquella frase os repateaba" He pensado en mi madre y en sus frases y refranes que tanto me molestaban de joven y que ahora empleo a diestra y siniestra con mis hijos...
Yo espero que regresen esas vacas hermosas y que descanséis y os repongáis de ese trayecto oscuro que habéis pasado.
También estoy de acuerdo contigo en que siempre tendréis a vuestra madre presente y que su amor y enseñanzas os acompañaran de por vida.
Ya te he dicho lo que me alegra verte y lo repito aquí.
Besos
La vida tiene que seguir y me alegro de corazón que poco a poco, pese a la ausencia de tu madre vayas retomando tus costumbres.
Ella dejó el tren de la vida, otros iremos detrás de ella. Tristeza, una enorme Tristeza sentí cuando me enteré de su ausencia.
Un abrazo
Sólo... un abrazo enorme, silencioso, cargado de cariño.
Leo, leerte de nuevo ha sido un gusto, como Trini también sonreí con ese dicho, solo que mi madre lo dice de otra forma: "Para saber mandar, hay que saber hacer".
La vida va y viene a veces con unas vacas flacas y otras más rellenitas, espero que para ti y tu familia pronto sea así, estoy segura que sabrán alimentar los buenos momentos con la memoria de tu madre.
Un abrazo con mucho cariño...de tanto tiempo compartiendo éste espacio.
Biko siempre Leo.
Mayte(azul)
Querida amiga, me alegra muchísimo leer este post, significa que poco a poco vas retomando el presente.
Sabes que sentí mucho lo de tu madre pero...Ella siempre estará ahí, cuidad su legado, una familia unida es el mayor tesoro.
Tenemos muchas cosas pendientes :-)
Un besín.
La alegría por leerte de nuevo mengua con la noticia por la muerte de tu madre, por ello, ante todo, mis condolencias y el deseo de que las vacas encuentres buenos pastos de engorde en los meses venideros.
Un abrazo
Una madre siempre quiere lo mejor para sus hijos. La tuya seguro que hubiera querido que sigas adelante; vivas los buenos recuerdos y procures ser feliz a tope.
Te deseo unas vacas gordas y lustrosas y una leche de abundante y de la mejor calidad.
Un abrazo enorme, Leo, y mucho ánimo.
Hola mi estimada y querida amiga, siento mucho el fallecimiento de tu madre, se por lo que estaras pasando con concimiento de causa, yo despues de un año aún no me resigno a no tener a mi lado a la mia, la sigo hechando en falta mucho, pero tenemos que seguir aunque nos cueste, una madre es lo más grande para los hijos.
Sabes que tienes mi apoyo moral, te aprecio mucho.
Un fuerte abrazo y un besico enorme.
Mee alegra mucho tu vuelta, querida Leo. Es un placer volverte a leer. Abrazos
Unos momentos muy díficiles en la vida. Ánimo y un beso, Leo.
Después de leerte, querida amiga, es difícil decir cualquier cosa. Nada puede reparar lo que ya esta hecho. Pero si que me gustaría enviarte desde aquí el mayor y más profundo de los deseos de que, a partir de ahora, esas vacas tuyas vayan engordando; y que tú, junto a todos tus familiares, volváis a sentir la felicidad plena.
Un fuerte abrazo
Se de tu valentia y poderío, como decimos por estas tierras,y seguirás con la misma fuerza que dejaste de escribir, aunque te roa la pena las entrañas.
Vivimos en ciudades totalmemte opuestas, tu en el N yo en el Sur, pero siempre me tendrás muy cerca para lo que me necesites. Un abrazo como te mereces de Guillermina.
PD En mi blog puse un post sobre la pérdida de un ser tan querido.
Hola mi niña..
Es muy grato volver a leerte, aunque sean unas palabra muy triste.Siento de corazón el fallecimiento de tu mamá, y ojalá con la ayuda de todos vuelvas a sonreír.Que las vacas flacas vayan engordando, ya sabes, que aquí me tienes para lo que necesites, no lo dudes, me das un toque y zas ya estoy allá..
Un gran beso y un fuerte abrazo
Sé de la dureza de tus días, de lo agotador del recorrido. La habéis acompañado hasta su final con una abnegación que sólo el amor verdadero entiende. Nunca nos despedimos del todo de los seres queridos, con el tiempo asumimos su ausencia física pero su memoria es acompañamiento del alma que nos hace sentir menos huérfanos. Y ¿sabes?… en periodos de vacas flacas lo difícil es no perder la capacidad de ver lo positivo, que la tristeza o la incertidumbre ensombrecen cuando parece que se instalan y no hay forma de barrerlas del horizonte. Y yo me alegro por ti, porque leyendo entre líneas en cada uno de los tres blogs, me doy cuenta que ese silencio impuesto por la dureza de las circunstancias, ahora que lo has transformado en palabras creo que son profundo y generoso canto a la vida y no podía ser de otra manera viniendo de ti… Gracias
Un besín
Queridisima Leo:
Siento mucho la pérdida de tu madre pues aunque en ocasiones de enfermedades muy largas y dolorosas para toda la familia llegan a constituir descanso para el cuerpo del enfermo y paz para el alma, precisamente también porque han sido largas y han creado vínculos muy fuertes en la familia, la separación deja un vacio muy grande.
Yo lo experiementé con mi madre después de quince años con un Alzheimer. Su fallecimiento fue de descanso y de paz. Pero, cuanto más pasa el tiempo más la recuerdo y más vive dentro de mi, hasta te diría que cada vez me parezco más a ella.Creo que cuando faltan los seres queridos, sobre todo una madre, nos identificamos más con sus rasgos y con sus costumbres.
De otra parte,me alegra tenerte de nuevo con nosotros.El ordenador, esta "agora" invisible donde nos encontramos, creo que es un buen espacio para el intercambio de vivencias y afectos.
Recibe todo mi cariño con un abrazo fuerte,¡muy fuerte!
que bueno que has vuelto! y seguro que las vacas irán engordando... y tu madre estará presente en cada cosa que hagas, ya que sino quién más que una madre es la que nos ha enseñado tanto.
un beso guapa, y este es tu rinconcito.. muy pero que muy tuyo y también muy nuestro.
Siento mucho el fallecimiento de tu madre, pero por lo que cuentas, era algo inevitable. En cualquier caso, siempre se echa de menos a los seres queridos, y más aún a una madre.
Espero que apartir de ahora sean las vacas gordas las que hagan desaparecer a las otras.
Un beso.
Mi más sentido pésame, gracias por volver leo.
Un abrazo
Querida leo, siento muchísimo el fallecimiento de tu madre. Es doloroso ver sufrir tanto y durante tanto tiempo a las personas que amamos, con el consiguiente desgaste físico y psicológico. Con todo, nos queda el consuelo de saber que hemos hecho cuanto estaba en nuestras manos para acompañarlos y tratar de hacerles menos penoso el camino hasta el final.
Deseo de todo corazón que te repongas pronto y que el recuerdo de ella te fortalezca y te ayude a afrontar el futuro con nuevos bríos. Es hora de que las vacas empiecen a engordar.
Un abrazo muy, muy fuerte.
Me ha parecido un pasaje muy interesante este de la Biblia y que nos suele pasar a las personas a través de la vida.
Siento de veras que hayas tenido que pasar por este trance tan doloroso, como es el fallecimiento de una madre.
Deseo lo mejor para tí y para tu família, que las vacas engorden y que tú puedas seguir con nosotros a través de los blogs, con esa sensibilidad tan maravillosa que desprenden. Un gran beso.
¡Cuánto siento el fallecimiento de tu madre! y cómo te entiendo. Yo estoy pendiente de la mía, un poco delicada. Perder a nuestros padres es muy duro. Te mando un abrazo muy fuerte. Creo que con el tiempo verás cuantas veces habrás sentido que tu madre te ayuda. Y seguramente ahora ya sea así.
Me alegro de reencontrarte.
Querida Leo, tu ausencia ha sido muy larga, te hemos extrañado muchísimo y muchas han sido las ocasiones en que entrabas en la conversación que manteníamos Carlos y yo.
Siento mucho que tu madre ya no esté fisicamente, por que seguro que está presente mientras la tengaís en la memoría.
Un fuerte abrazo, me alegra mucho que sigas por aqui.
Se te quiere.
Un besito.
¡Cuánto me alegro de saber que has vuelto, Leo!.
Desde luego que tu madre ha dejado unas cuantas enseñanzas para la posteridad, y lo más destacable es que sobre la historia sobre las vacas gordas y las vacas flacas es que a lo largo de la Historia se han ido alternando, así que no estamos hablando de nada nuevo.
Yo también era muy reacia sobre las labores del hogar, pero gracias a ello he aprendido lo que es la disciplina y la capacidad de organización, pero me ha costado, lo reconozco. Me he quedado con el refrán "quien sabe hacerlo sabe mandarlo".
Un abrazo.
Hola Leo.
Mi mas sentido pesame por el fallecimiento de tu madre, ya me habian comentado en su dia Carlos y Charo el delicado estado de salud de ella, siendo ese uno de los motivos por los que no escribias.
Siempre me ha gustado muchisimo tu blogs, y como siempre y aunque no deje comentarios, seguiré haciendolo.
Particularmente me gustó mucho un reportaje que hiciste sobre Laviana, ya que casualmente soi de ese concejo, me emocionó muchisimo.
Un beso y un abrazo muy fuerte.
Lamento mucho los contrabienes que te afectan, decir "nunca llovió que no escampara" no parece ser suficiente cuando lo que pierdes son seres queridos, pero aunque hay cosas que se olvidan dificilmente, llegarán tiempos mejores en los que las vacas engordarán y se volverán lustrosas, las preocupaciones dejarán de oprimir y el sol lucirá en lo alto.
Con mis mejores deseos.. ¡ ánimo !
Hola niña...
Paso a darte un gran besote de todo corazón..
Te deseo lo mejor siempre..
Gracias a todos por vuestras palabras de ánimo. Fue muy agradable para mi sentir el cariño con el que me recibísteis a mi regreso, no podéis imaginaros lo mucho que eso me está ayudando en estos momentos tristes y difíciles.
Os quiero y os mando un fuerte beso para todos.
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