Espias
Los espías son esas personas que haciéndose las distraídas, todo lo ven y todo lo oyen para luego emplear esa información como mejor les parezca. Hay espías que trabajan por un ideal, otros por dinero, hay espías industriales, espías políticos, espías profesionales, espías aficionados, a otros se les llama agentes, hay agentes dobles, agentes secretos, agentes famosos y existe también otros personajes de categoría inferior a los que simplemente se les llama cotillas, estos últimos son muy numerosos y se encuentran en todas partes. Pero no importa el nombre que se les de, el caso es espiar lo que hacen y dicen los demás.
Los espías suele tener una profesión más o menos verdadera tras la que se esconden para fisgar en los distintos ambientes en los que se mueven y aunque algunos fueron muy famosos, de otros esta ocupación no suele ser tan conocida ya que su verdadera fama la tienen por su profesión. Tal es el caso de Francisco de Quevedo que es mundialmente conocido por tu faceta de escritor, uno de los más destacados de nuestro Siglo de Oro, pero además de esgrimir la pluma, no tenía problemas en hacerlo con la espada y dado que la política le interesaba en gran medida y que le tocó vivir en una época en la que España todavía era una potencia importante y debido a ello estaba rodeada de enemigos que querían que dejara de serlo, y además no olvidemos que las intrigas entre los nobles para conseguir poder eran grandes sobre todo al tener un rey débil que dejaba en manos de su valido el gobierno, el espionaje en esta situación era crucial, se espiaba a los de fuera y a los de dentro.
Veamos como llegó Quevedo al mundo del espionaje. Su familia estaba vinculada a la corte, su padre fue secretario y su madre dama de palacio. Tuvo una buena formación humanística primero en un colegio de Madrid y luego en las universidades de Alcalá de Henares y Valladolid. Destacó por sus escritos, sobre todo por sus versos hirientes lo que le llevó a tener muchos detractores y en ocasiones a enfrentamientos a golpe de estocada.
En Alcalá conoció al duque de Osuna que fue el que le introdujo en el mundo de la política, se entendían bien y su amistad duró toda la vida. Cuando Quevedo tuvo que salir pitando del país debido a una pelea en la que un hombre perdió la vida (hay quien dice que esto fue preparado por el conde de Gondomar, jefe del servicio secreto español como excusa para introducirle en el espionaje), se reunió con el duque de Osuna que había sido nombrado virrey de Sicilia. Italia estaba dividida en muchos estados de los cuales Milán, Nápoles y Sicilia estaban bajo dominio español, todos eran importantes, desde Milán se abastecía a los que peleaban en la guerra de Flandes y se trataba de mantener abierto el camino al centro de Europa y desde Nápoles y Sicilia se vigilaba el Mediterráneo y de paso a los turcos que también incordiaban lo suyo. Pero claro había otros interesados en poseer todo esto y ahí tenemos a Francia nuestro enemigo de siempre, a Venecia y como no, al Vaticano que siempre quería meter la nariz en todo y sacar tajada aliándose ora con unos ora con otros.
Ese era el escenario a dónde fue a parar Quevedo y al parecer demostró tener mucha habilidad para moverse entre tanto italiano peleón pero no siempre salían las cosas bien. Tomó parte en la revuelta de Niza contra el duque de Saboya que se tomó muy a mal esta revuelta y les zurró la pandereta de lo lindo escapando Quevedo de puro milagro. Fue detenido por los hugonotes en Montpellier pero consigue escapar de nuevo. Se entrevistó con el Papa para convencerlo de que apoyara a su amigo Osuna. En Marsella, amiguetes del duque de Saboya intentan asesinarle, pero el contraespionaje español, que de eso también teníamos, le salvó la vida. Regresa a Madrid con muchos dineritos recaudados en Italia y el rey le recibe con los brazos abiertos, no olvidemos que el dinero es el dinero. Toma parte en Venecia en otra revuelta y aquí casi ni lo cuenta, a los que le acompañaban los mataron y se dice que él escapó disfrazado de mendigo. Y al final fue hecho prisionero, ¿adivináis en dónde?, pues en España por orden del rey con la acusación de que tramaba algo contra el conde-duque de Olivares, el valido del momento.
No se si lo que espió Quevedo sirvió para mucho o para poco, pero eso si, le dio una vida de lo más agitada y además no por ello dejó de escribir.
37 Comments:
Me quedo alucinando con tu "espionaje" de la historia. No me acordaba de esa faceta de don Francisco de Quevedo. A mi me encanta la investigación (estudié Historia), pero ya no tengo tiempo de nada. A ver si cuando me jubile(si llego) retomo algunas cosas...
Muy bueno el post, Leo. Besos
Nunca había visto a quevedo desde la prespectiva que lo muestras. El artículo es muy interesante. Si me permites dar mi opinión te diré que los peores espías son los que nombras al principio, que se hacen los distraidos y se enteran de todo para luego utilizar esa información, porque además de espías (que ya es bastante grave) son hipócritas, que es todavía peor. Un saludo
Otra faceta más de nuestro polifacético amigo, aparte de ser el creador de los quevedos y magnífico literato.
Me encantan los espias siempre metiendo las narices donde no les importa, me hubiera gustado ser Margaretha Geertruida Zelle (Mata-Hari)
Un abrazo muy fuerte JTH.
Qué bueno, no sabía eso de Quevedo
Tener a Quevedo como personaje es ya contar con el éxito asegurado. Tuvo una vida muy complicada porque él se metía en todos los charcos y porque su lengua mordaz -pero certera- debió añadirle más enemigos de lo que es prudente. A mí, además de que me ha hecho llorar de risa, siempre me pareció un hombre de una valentía enorme, capaz de soltarle sus verdades a quien fuera. Ha sido estupendo leer tu inteligente entrada.
Vengo a espiar, no se lo digas a nadie.
Fascinante post!! Pues he de decir que nunca había oído hablar de esta faceta de Quevedo, y me he quedado impresionada, no solo por su oculta faceta, sino por toda la información que nos das. Y bueno, ¡cómo no!, Francia siempre ahí, pero que manía nos tienen!!
En fin, que decirte... Plas!Plas!(y miles más de aplausos), pues tienes un don maravilloso para encontrar tan interesantes anécdotas!
Un abrazo enorme mi linda amiga! :)
Esos ojos gatunos en la ventana.... y Quevedo haciendose el tontito y espiando. Hubiera espiado mejor y quizas España se hubiera merecido una suerte mejor de la que le toco en suerte con los austrias menores y los franceses luego.
Qué interesante, no conocía ese pasaje histórico. Como siempre amiga, me encantan tus entradas!. Yo conozco a unas cotillas de antología!!! Dios!!! Besos!
Livaex - :-) Me temo que cuando te jubiles te pasará como a todos, que estarás más ocupada que nunca, claro que siempre puedes buscar un hueco para volver a investigar en la Historia.
Sofi – :-) Por supuesto que los espías sueles ser hipócritas, si no lo fueran no sería buenos espías porque se les descubriría enseguida. Pero hablando de Quevedo, la verdad es que llevó una vida de lo más ajetreada.
JTH – Bienvenida a mi casa.
:-) Pues yo sería la peor espía del mundo, ni me gusta esa vida llena de sobresaltos ni suelo enterarme de gran cosa y cuando por fin me entero, la noticia ya es agua pasada.
Azusa – Quizás no lo sabías porque destacó mucho como escritor y normalmente cuando se habla de él sólo se refieren a esa faceta.
Franziska - :-) Desde luego que con su forma de proceder y de escribir creo que se hizo con más enemigos que amigos, pero parece ser que no le importaba mucho, por lo que se ve estaba contento con su papel de mosca cojonera.
Toupeiro – Tranquilo, espía todo lo que quieras que yo no me enteré de que viniste.
Iris – No se si por vecindad o por qué, pero Francia siempre nos tuvo en el punto de mira y nos sigue teniendo, pero en aquella época como verás no era la única, España todavía era poderosa y no hay nada que moleste más que un vecino poderoso.
Lady Zurikat - :-) Esos ojos gatunos en la ventana son los de mi gata Xana que me los prestó para ese montaje.
Puede que Quevedo espiara bien, pero los que usan esa información recogida por los espías son otros que quizás fueron los que fallaron.
Gaviota – Desgraciadamente cotillas los hay en todas partes y a todos los niveles y se podría decir que no son buena gente porque muchas veces no cuentan las cosas como son y pueden hacer mucho daño.
Había leído algo sobre el arte con que Quevedo manejaba la espada,y su afición a la politica, pero no de su faceta de espia, cosa que, como tantas otras, he aprendido aquí.
No me gustan los espias de ningún tipo. Mucho menos los "domésticos":):)
Besos
Como siempre es un placer leerte Leodegundia, ampliado por el mérito que tiene -como dice otro de tus comentaristas-, tu labor de "espionaje".
Pronto volveré a la normalidad blogera.
Saludos
espias, curioso que me portugal nunca foi feito um trabalho de investigacion sobre los espias...
abrazo europeo
Desconocia esa faceta de Quevedo, todo un descubrimiento. Desde luego a polifacetico no hay quien le gane, desde dar nombre a un tipo de gafas a espia pasando por escritor.... ¡todo un personaje!
"Hoy hacen amistad nueva,
más por Baco que por Febo,
don Francisco de Quebebo
y Félix Lope de Beba"
Lo acabo de espiar, lo escribió Góngora. Claro como antes se había metido con su nariz...
Un abrazo
eso, eso... y además tenía tiempo de escribir ;) Gracias por este fenomenal resumen de las actividades ocultas de un gran hombre.
Besos.
¿Porqué se cee usted que quiero ser espia?.Pues porque siempre estoy en las nubes.
Un abrazo jth
¡anda! no conocía yo esta "maceta" espía de Quevedo.
¡me encanta!
:)
Besazo, Leodegundia
Vale, y yo..
¿De Donde soy?
Aunque si de dicho dos ys; nadie me lo ha dicho..
Enhorabuena por el post.
Excelente
Si necesitas algo, no preguntes pero responde. Me has subido la moralina el Día de la Carta Magna, koño. Contra qué, decís?¿
XDD
Voy a sacar un post de refritos.
Mi Gracia más sincera.
Un abrazo
Trini – Jaja, supongo que con los “domésticos” te referirás a los cotillas, pues a mi tampoco me gustan nada.
Charles de Batz - :-) Bueno, este de meter la nariz en los libros es el único espionaje que hago, para otro tipo sería una nulidad.
Mixtu – :-) Mucho me extraña porque espías los hay en todos los países.
Consumidor irritado – No hay duda de que Quevedo no es de esas personas que se tiran en el sofá con cara de pena y dicen “me aburro”, llevó una vida de lo más activa.
Unjubilado – Jaja, tú si que eres un buen espía por eso tanta gente recurre a ti cuando necesita buscar algo, creo que Quevedo y tú hubierais hecho una buena pareja.
Adr – Parece imposible, pero si, después de tanto corretear por el mundo todavía tenía tiempo y ganas de escribir.
Jth – :-) Pues si va a espiar usted desde las nubes necesitará un catalejo ¿o tiene usted muy buena vista?.
Almena – Jaja, si es que Quevedo tenía muchas “macetas” quizás por eso no se las conozcas todas.
Antonio – Bienvenido a mi casa.
:-) Pues estará bien ese post de refritos si se parece al que usted me deja en el comentario.
El espionaje es algo sumamente interesante, y no conocía la faceta de Quevedo en este campo...pero me encanta volver a leerte y seguir aprendiendo.
Un abrazo!
¡Todo un carácter D. Francisco!...y cuánta oreja “mercenaria”hubo y habrá buscándose la vida en los estamentos políticos, administrativos y religiosos…Me apasiona el Barroco, y fíjate, es Quevedo un personaje tan complejo como la época que le tocó vivir. Por eso no me extraña que literatura y espionaje sean en él una forma ser “ceniza, mas con sentido”. Ya era un icono en su tiempo… pero no sólo lo era en los círculos intelectuales de la época, sino en la calle… plagada de miseria, ignorancia supersticiosa y des-engaño . Un poeta cojitranco, valentón, corto de vista, caballero de Santiago, tan rápido de ingenio como de lengua y de espada, famoso en la corte por sus buenos versos y su mala… leche. Es difícil que pasara desapercibido como para ejercer un espionaje profesional, como podríamos entenderlo ahora. Creo más bien que era un hombre de acción, con una inteligencia privilegiada que no se callaba ni debajo del agua. No era precisamente el paradigma de la discreción, pero era un agitador nato y leal a sus amigos. Acostumbrado a ir de destierro en destierro y de prisión en prisión ya que al rey y al conde-duque de Olivares les gustaban sus versos… pero no tanto, protagonizarlos. Cuando aparecía algún soneto o quintilla anónimos y se reconocía la mano del poeta, los alguaciles se dejaban caer por la taberna o por su domicilio para ajustar cuentas, pero testarudo y orgulloso no escarmentaba. Y así al salir de una de las numerosas veces en las que había estado en la cárcel, tras quitarle la orden de arresto, exige una pensión de 4.000 escudos por haber participado en Venecia como espía, ya que como consecuencia de su vida bohemia andaba escaso de recursos .Y al respecto de su participación como espía en Venecia, aventuro que hay algo que le escocía sobremanera a nuestro genio y es que el contraespionaje que desbarató sus expectativas, tengo entendido que fue obra de las prostitutas de “lujo” de Castelleto que en la Venecia de las máscaras, consiguieron airear las implicaciones políticas de su presencia y de los otros implicados en la trama, obligándole tales circunstancias a permanecer nada menos que dos meses llevando una vida de “observador” disfrazado de mendigo, hasta que pudo regresar a España.
Un abrazo
Interesante blog. Quisiera contar con tu visita también. Saludos.
Te leí ayer y me encantó, no te dejé nada porque pensaba buscar información y añadirla como en los viejos tiempos, recuerdas???, peeeero se me fué la pinza y le lié ya sabes...
Me encantó, eres genial, no sólo te documentas sino que además nos haces unas ilustraciones estupendas.
Un placer aprender contigo, ya sabes que eres mi seño favorita.
Besazos guapa, hasta mi vuelta de las islas :-)
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Dejo sonando a un amigo ;-), ya me dirás si se escucha, suena Chalaneru :-O OHHHHHHHH ;-)
Hola Leo,
La política y el espionaje siempre han seducido a personajes importantes de las letras y el espectáculo.Quizás esa oscura fascinación que el poder ha ejercido desde siempre en la mente de los hombres es la principal motivación que que tuvo Quevedo para enrolarse en los riesgos extremos que describes. Y al margen de cualquier beneficio que hayan tenido sus acciones para los mecenas de turno creo que la gran beneficiada fue la literatura;extraordinarias circunstancias de vida como las descritas solo pueden haber activado la imaginación del buen Francisco.
Un abrazo
Schatz
Azul – El espionaje es interesante y hasta necesario en algunos casos, pero a mi no me gusta mucho y además sería una espía desastrosa.
Anónimo – Después de tu extenso y rico comentario creo que nada más se puede aportar, se nota que conoces muy bien a nuestro protagonista y a sus andanzas, es una pena que ahora la gente joven no lo conozca tan bien.
Xixe – Bienvenido a mi casa.
Haré lo posible por devolverte la visita.
Fusa – Ya pasé por tu casa.
Se lo liada que estás estos días, así que no te pondré mala nota por no ampliar la información, :-) pero no te me acostumbres, no te me acostumbres o te mandaré a la última fila de la clase.
Buen viaje y recuerda el encargo de Abedugu.
Schatz67 – Bienvenido, ya creí que no volverías, tu ausencia fue muy larga.
Yo creo que en realidad Quevedo se lo pasó en grande espiando, peleando y desde luego escribiendo. Tenía una personalidad arrolladora y una gran vitalidad, :-) para que ahora nos vengan a contar historias del agente 007.
todo un personaje este quevedo.
Un abrazo
Siempre me sorprendes con los temas y con su contenido. Desconoc�a por completo esa faceta de esp�a de Quevedo, aunque pens�ndolo bien le va que ni pintada. De su poes�a, me quedo con la hermos�sima "Buscas en Roma a Roma, peregrino..."
Tu texto de Barce, nodriza de la reina Dido, ya est� colgado. Espero que te gusta c�mo queda. Un abrazo muy fuerte y un mill�n de gracias, querida amiga.
Me qeude impresionado con esto del espionaje y yo que creía que era algo mas nuevo.
Muy bueno el post Leo, te mando un gran abrazo
... Me encanta haber podido acercarme hasta aquí hoy para descubrir tu nuevo post. Interesante, como siempre, me gustan las ilustraciones, tu sencilla forma de contar, sin aspavientos, acerca de un hombre, que fue tan especial, tan importante para el mundo del arte, y para el cual las distintas facetas de su vida sí cobran relevancia.
Hubo un momento en que pensaba que la vida del poeta era independiente de su obra. Ya no pienso igual.
Un saludo
¡Qué vedo!... refiriéndose a un culamen que hacía de las suyas en una oscura calleja
¡Caramba!, ¡hasta por el culo me conocen! dijo su dueño
¿Quien era el dueño?
Modes amestoy - ¡Y que lo digas!
Isabel romana – Con su personalidad creo que tampoco es muy de extrañar esta faceta.
Me encantaron las fotos que elegiste para el texto de Barce, ahora sólo espero que les guste todo el conjunto a tus lectores.
Carlitos – El espionaje existió desde el mismo momento en que existió el hombre y no creo que deje nunca de existir.
Mityu – Para hablar de Quevedo se necesitarían muchas páginas cosa que en un blog no se puede hacer, así que sólo puse unas pequeñas anotaciones para dar idea de lo ajetreada que fue su vida.
Celebrador – Jaja, me dejas con la duda ¿quién será?
En Argentina hay un espia muyc onocido,se trata de Gaspar Chiappetta que fue acusado de asesinar o mandar a matar a Luis Mitre ex accionista yhermanod e Bartolome Mitre Director del diario La Nacion!En internet lei que Gaspar es espia encubierto....lo sabian?
Anónimo . Pues no, no se puede decir que sepa mucho sobre espías y lo de Quevedo me enteré no hace mucho tiempo.
Interesante, en realidad su forma de escribir era fuerte para la época. Una faceta que no conocía y una vida que le habrá dado mucho a su pluma.
Gracias, abrazos.
Rosamaría - No hay duda de que una vida tan agetreada como la suya debió de ser una gran inspiración para su obra.
En Argentina hay un espia conocido,se trata de Gaspar Chiappetta que fue acusado de asesinar o mandar a matar a Luis Mitre ex accionista y hermano de Bartolome Mitre Director del diario La Nacion!
En internet lei que Gaspar es espia encubierto....lo sabian?
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