¿A quién elegirías?

Desde que conté la jugarreta que le hicieron a Wamba no volví al tema de la Historia y creo que hoy podemos volver a ella y como esto es o quiere ser una tertulia, aunque en realidad esté yo sola al lado de la mesa camilla, propongo un tema que tiene como protagonistas a los personajes históricos. Presentándolo sobre la base de que si tuviéramos que hablar sobre un personaje histórico que creamos haya tenido influencia en el rumbo de los acontecimientos históricos ¿a quién elegirías?, bueno, como estoy yo sola seré la encargada de responder a la pregunta.

El personaje que yo elegiría no es uno solo, son muchos, unos con nombre y otros anónimos pero que tienen un denominador común, no son de fiar y no lo elegí por que me caiga bien, que va, lo aborrezco, pero no puedo dejar de reconocer que tiene la suficiente importancia como para con su actitud cambiar el rumbo de la historia, dicho personaje es el "el traidor".

El traidor es esa persona que tiene un comportamiento distinto del que se espera de ella, esa persona que dice ser tu amigo o que te apoya en la lucha y que luego te vende al mejor postor dejándote con la espalda al aire totalmente desprotegido. Desgraciadamente siempre hay un traidor agazapado que cuando llegan las horas difíciles en lugar de contar con su apoyo lo que encuentras es su traición produciéndose un efecto distinto del que se esperaba de ellos, algunas veces se les descubre antes de que actúen, pero otras muchas no. A lo largo de los siglos de historia podríamos encontrar muchísimos traidores así que solo tomaremos unos como modelo pues si no este relato sería el cuento de nunca acabar.

El mas conocido de todos los traidores es Judas Iscariote y quedó como modelo representativo de este tipo de personas, es por ello que cuando alguien se siente traicionado lo primero que le dice a la persona que le falló es "Judas, mas que Judas" o bien "eres peor que Judas" si considera la falta muy grave. Como es sobradamente conocido pasaremos a otro ejemplo.

En este caso los traidores fueron tres y de nombre conocido, Audas o Aulaco, Ditalco y Minuro, ¿os suenan?, en cuanto relate los hechos seguro que si. Viriato era la pesadilla de Roma, con su guerra de guerrillas sacaba de quicio al enemigo, con su forma de pelear atacando y retrocediendo amparándose en el conocimiento del terreno ponía en jaque a las tropas romanas mas numerosas y mejor preparadas para una lucha frontal, pero con Viriato nunca sabían por donde se les iba a venir encima; pero todo hay que decirlo, este tipo de guerra desgasta y se necesita un tiempo para descansar y reagrupar a los luchadores sobre todo teniendo en cuenta que eran muy inferiores en número así que Viriato impuso a Roma un tratado de paz, pero el cónsul Servilio Cepión que ya estaba hasta los cataplines de esta guerra que no eran capaces de terminar, vino a España con la idea de acabar por cualquier medio con ese tratado y de paso con Viriato si se presentaba la oportunidad y mira por donde fue el propio Viriato quien se lo puso a huevo pues deseoso de saber por que se rompía el tratado mandó a tres de los suyos a parlamentar, los citados Aulaco, Ditalco y Minuro a quienes Cepión les calentó la oreja con grandes promesas si se cargaban a Viriato, aceptaron el trato y cuando regresaron a su campamento fueron a la tienda de su jefe y lo asesinaron.

Cuentan y esto no se si es verdad, que cuando regresaron al campamento romano a cobrar el trabajillo Cepión les contestó "Roma no paga traidores", puede que no sea cierto, pero la frasecita quedó y se usa también con cierta frecuencia quizás acompañada de otra palabra mas moderna "Chincha (hay otras versiones de esta palabra, je,je) Roma no paga traidores". La cuestión es ¿hubieran cambiado las cosas de no haber muerto Viriato?, ¿la resistencia peninsular hubiera podido obligar a Roma a abandonar Hispania? quien lo sabe, pero la duda queda.

Otro caso de traición se dio por ejemplo con los cátaros. Los cátaros también conocidos como los hombres buenos habitaban principalmente en el sur de Francia, pero estorbaban y decidieron quitárselos de encima, es una larga historia así que la abreviaremos y nos situaremos en el final. Después de muchas persecuciones los últimos cátaros que pudieron escapar de sus perseguidores se refugiaron en el castillo de Montségur un castillo inexpugnable situado en lo alto de una escarpada montaña. En los primeros días del mes de mayo de 1243 los vigías de Montségur vieron acercarse a la fortaleza un ejército de unos diez mil hombres (vamos, como para que se te encogiera el ombligo) dirigidos por el senescal de Carcasona Hugo de Arcis y el arzobispo de Narbona Pedro de Amiel que decidieron poner sitio al castillo; seis meses después no se había adelantado nada y el asedio empezaba a ser un problema, para los asediados porque escaseaban los alimentos y para los asediadores porque tanta gente de armas ociosa solía producir enfrentamientos entre ellos y descontento por lo largo de la campaña además del problema de avituallamiento a tanta gente.

Montségur no resistía aislado, durante el asedio algunos hombres forzaban el bloqueo y conducidos por guías expertos llevaban y trían mensajes de otros cátaros que residían en otras zonas de Francia e incluso en Italia, pero aquí también surgió ese personaje, esta vez un anónimo guía que condujo por un camino secreto a un grupo de soldados que amparados en la noche lograron llegar al castillo y el final se saldó con una gigantesca pira al pie de la montaña en la que murieron abrasadas doscientas diez personas. La pregunta aquí es ¿se hubieran salvado de no haber existido la traición?

Así podríamos seguir y seguir relatando casos en los que "el traidor" hizo acto de presencia cambiando quizás el curso de la Historia.