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domingo, marzo 17, 2013

Guerras y más guerras


Que yo diga que el mundo está hecho a base de guerras no creo que sorprenda a nadie ya que toda la historia de la humanidad es una sucesión de ellas en las que sólo varía el número de contendientes, las armas utilizadas, el lugar en donde se llevan a cabo y la duración de las mismas. En cuanto a los motivos aparentemente son variados, se declaran guerras religiosas, de poder, económicas, ideológicas, de conquista…… y otros muchos mas aunque en el fondo creo que el principal motivo es la ambición de algunas personas, su deseo de conseguir poder, riqueza o fama y para lo cual no reparan ni en gastos materiales ni en vidas humanas.

¿Pero los que propician las guerras salen siempre victoriosos? pues no siempre porque hacer una guerra se puede decir que es un arte y en el arte no valen las chapuzas.

Algunos aprenden algunas cosas en la primera derrota sufrida y procuran que cuando inician otra no se comentan los mismos errores, pero no es sólo un detalle el que hay que tener en cuenta, en realidad son muchos. Vamos con un ejemplo. En el año 333 a.C. persas y macedonios se enfrentaron en Issos. Darío III con un gran ejército se enfrenta a Alejandro Magno librándose una gran batalla, lo que llevó a la derrota a Darío no fue que su ejército fuera menor que el de Alejandro, que no lo era, en realidad le superaba en número con una gran diferencia, lo que no tuvo en cuenta fue el lugar elegido, un llano estrecho entre las montañas y el mar lo que le impidió emplear a todo su ejército.

Cuando en el año 331 a.C. se enfrenta de nuevo a Alejandro Magno, lo primero que hizo fue ofrecerle un soborno para lograr la paz, supongo que no se le había olvidado su derrota anterior, pero Alejandro no lo aceptó, el quería luchar. Se dice que Parmenión, uno de sus generales, le aconsejó que aceptara la oferta diciéndole "si yo estuviera en tu lugar, aceptaría" a lo que le contestó Alejandro "Yo también lo aceptaría si fuese tú", o lo que es lo mismo "cierra el pico".

No hubo acuerdo y se empezó a preparar la contienda. Quizás lo primero que recordó Darío de su batalla y derrota anterior, fue la mala elección del lugar en donde se debía de llevar a cabo el enfrentamiento, en Issos era poco espacio para su numeroso ejército, así que esta vez eligió el lugar poniendo la máxima atención, decidiéndose al final por una extensa llanura, Gaugamela y allí desplegó su gran ejército que dicen que estaba formado por casi un cuarto de millón de hombres. Enfrente el ejército de Alejandro, 7.000 jinetes y 40.000 de infantería.

Aparentemente, vistos los ejércitos enfrentados la victoria tendría que inclinarse a la parte de Darío, pero no fue así, por eso dije antes que son muchas las cosas a tener en cuenta cuando se decide presentar batalla. Imprescindible es tener un buen estratega, no basta que los soldados sean muchos ya que si no están bien entrenados, si no son disciplinados, ni están bien armados, la derrota está asegurada.

Mientras que los soldados de Darío no estaban bien armados ni bien entrenados, los de Alejandro si lo estaban, eran luchadores veteranos vencedores en muchas luchas y poseían una gran disciplina. Una de las armas que utilizaban los soldados macedonios eran unas picas larguísimas que cuando se bajaban formaban ante el enemigo una barrera difícil de sortear, pero para que esta arma fuera efectiva era necesario que se mantuviera la formación, si esta se rompía serían derrotados.


Cuando a primera hora de la tarde llegaron los macedonios al campo de batalla se encontraron enfrente al gran ejército persa que estaba en formación ocupando varios kilómetros a lo largo de la llanura. Alejandro quería entrar en batalla de inmediato, pero Parmenión que era más sensato le aconsejó que esperase, decisión muy acertada pues así les dio tiempo a reconocer el terreno y descubrir las posibilidades de movimiento del enemigo. Hubo división de opiniones también en si atacar por la noche y nuevo acierto en no hacerlo porque eso obligó a Darío a mantener en alerta a sus tropas mientras que las de Alejandro aprovecharon para descansar, otro dato que hay que tener en cuenta pues no se lucha igual después de un descanso que después de muchas horas de vigilia.

Llegada la hora Alejandro atacó de una forma no habitual ya que en lugar de hacerlo de frente lo hizo de de forma oblicua y hacia la izquierda de los persas que no se esperaban esta maniobra lo que obligó a Darío a mover su ejército hacia ese lado y por otro lado los macedonios habían descubierto los caminos preparados para los carros de los persas, los famosos carros equipados con guadañas que eran la sorpresa que había preparado Darío. Al ser descubiertos, los arqueros y lanceros de Alejandro detuvieron a los carros.


Lo que empezó siendo una batalla mas o menos organizada acabó convertida en una lucha caótica. La caballería levantó tanto polvo que acabó por cegar a los combatientes, los que tenían que poner orden ni veían el conjunto ni eran escuchados, Alejandro no pensaba mas que en alcanzar a Darío y Darío se encontró con un ejército descontrolado por inexperto y aunque luchó desde su carro lanzando jabalinas a diestro y siniestro, una jabalina lanzada por Alejando con intención de alcanzarle falló por poco y le dio al auriga que iba detrás del rey. Los que estaban cerca gritaron al ver la escena y los que estaban mas lejos interpretaron que el que había caído era el rey y no esperaron a comprobar nada, salieron huyendo pensando en eso de "sálvese quien pueda". El rey viendo ese desastre, rodeado de enemigos y con los suyos en plena huida y decidió dar también el media vuelta.


Alejandro entonces que ya estaba metido en faena emprendió una brutal persecución asesinando a todo persa que alcanzaba con la idea eso si, de matar a Darío, pero Bussus, general del ejército persa se le había adelantado asesinándolo, lo que indica que entre el ejército persa había desavenencias.

En resumen, esta batalla que en realidad no sirvió para nada se saldó según los datos que llegaron hasta nosotros con más de 35.000 muertos. Quizás si las cosas las hubieran hecho bien la batalla seguiría sin servir para nada pero las muertes serían muchas menos. Lo que nos lleva a que no deberían de existir las guerras ya que solo producen muerte y destrucción, pero ya que parecen ser inevitables, al menos hacerlas bien.

27 Comments:

Blogger Trini Reina said...

Qué terrible desperdicio de seres humanos. Qué pena que tantas personas sean-seamos capaces de ir hacia el fin de buena lid sólo porque uno o unos así lo decidan. Más que guerras yo lo llamo fanatismo. Y nada, que no aprendemos y así será hasta que esto explote por todos lados a la vez y nos aniquilemos todos a todos.

Abrazos

marzo 17, 2013 9:21 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

TriniReina - Las guerras son crueles porque en ellas poco importan las personas, los soldados son meros números y los civiles daños colaterales.
Creo que en lugar de tanta guerra tendría que funcionar mejor la diplomacia, pero está claro que a los humanos eso se les da fatal.

marzo 17, 2013 9:54 a. m.  
Blogger Ligia said...

Dicen que el ser humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra, y yo creo que hasta tres y cuatro, porque no aprendemos... sean cinco o cinco mil los muertos.
Abrazos

marzo 17, 2013 10:10 a. m.  
Blogger Senior Citizen said...

Siempre me ha llamado la atención en las películas esta forma de batallar en la que se fijaba el día y el sitio, y allí se plantaba un ejército frente al otro "embistiéndose" de frente. O de costado, como hizo Alejandro Magno, pero con poco margen para el factor sorpresa.

marzo 17, 2013 10:19 a. m.  
Anonymous unjubilado said...

Pero que brutos eran en aquellos tiempos... lo malo es que seguimos sin aprender, solamente lo hacemos a efectos dañinos, entonces ese cuarto de millón de hombres tenían que pelear unos contra otros, hoy en día somos mucho más "pacíficos", basta con dirigir unas dos o tres bombas nucleares a una ciudad de 3.000.000 de habitantes para que en ella y sus alrededores, no quede vida de manera inmediata y no se pueda volver a colonizar durante 50 o más años.
Y solamente hace falta apretar unos botones...

marzo 17, 2013 10:49 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Ligia - Los que toman la decisión de entrar en guerra me temo que piensan mas en otras cosas que en el número de muertes que se puedan producir. Y desde luego que no se aprende nada, al menos nada que lleve a evitar las guerras.

Senior Citizen - La forma de enfrentarse en batalla antes lógicamente tiene que ser diferente a la de ahora ya que las armas no son las mismas, pero el factor sorpresa si que existía, eran las distintas tácticas empeladas que consistían en engañar de algún modo al enemigo y estudiando las batallas de aquellos tiempos hay que reconocer que había tácticas muy buenas.
Por malas y desagradables que sean las guerras no dejan de ser interesantes.

marzo 17, 2013 10:50 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Unjubilado - Brutos eran entonces y no menos brutos lo son hoy. Con los medios que tenían antes cargarse a unos cuantos miles era mas laborioso, hoy se cargan esas cantidades, como tu dices, con sólo tocar un botón, pero la crueldad y la estupidez de la guerra sigue siendo la misma.

marzo 17, 2013 10:53 a. m.  
Blogger Una mirada... said...

Tienes razón, la Humanidad está cimentada sobre todas las guerras de la historia. Y entre conflicto y conflicto se continúa.

marzo 17, 2013 12:05 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Una mirada - Así es, la pena es que entre conflicto y conflicto no se deje pasar el tiempo suficiente como para que la gente se de cuenta de lo bien que se vive en paz.

marzo 17, 2013 12:14 p. m.  
Blogger Senior Citizen said...

Pues a mí esas batallas me recuerdan a Gila. O Gila se basó en ellas cuando hablaba con el enemigo para quedar a la hora en que atacaba y, siendo trágico, quedaba cómico por lo distinto que es ahora.

marzo 17, 2013 2:00 p. m.  
Blogger Francisco Espada said...

Todas las guerras tienen dos cosas en común: las promueven la avaricia y las padece el pueblo que no participa del botín.

Un abrazo

marzo 17, 2013 5:19 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Senior Citizen - Era lógico que quedaran de antemano en un lugar determinado para la batalla porque sino ¿cómo se encontraban?

Francisco Espada - Razón llevas y por lo que se ve nada cambió.

marzo 17, 2013 5:21 p. m.  
Blogger Una mirada... said...

Ls actuales guerras son tan cómodas para sus declarantes —instalados en sus despachos— que pueden regodearse en ellas mientras se repantigan en sus mullidos sillones o se hacen unos hoyos al golf.
Y luego está el negocio; o quizás sea la razón mayor. Porque la guerra es un Negocio. Y asaz productivo. Para las empresas armamentísticas y para las que, posteriormente, recibirán la concesión de levantar el país destruido.
La ciudadanía masacrada, herida, expulsada y empobrecida, que se busque la vida.

marzo 17, 2013 7:36 p. m.  
Blogger Unknown said...

Nunca las guerras han resuelto nada mas que la codicia de algunos, para desdicha de muchos.
En este caso, la codicia de fama del macedonio, la inexperiencia del persa que no aprendio ni a palos, y ni con tantos siglos a cuestas, aun damos la menor muestra de haber aprendido.
Y como si fuera poco veo comentando a un lindo gatito!!!

marzo 18, 2013 3:19 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Una mirada - Tienes toda la razón, aunque se de como disculpa cualquier cosa para empezar una guerra, en el fondo siempre hay dinero y poder y para esas personas poco importa la gente que muera o la destrucción que se cause.

Alyx Faderland - Maldad, inexperiencia, egoísmo, avaricia .... muchas son las cosas que llevan a una guerra, guerra que al final no resolvió nada y quizás por eso al poco tiempo hay que empezar otra.

marzo 18, 2013 6:22 p. m.  
Blogger Tawaki said...

Menudo pájaro era el tal Alejandro. Un gran guerrero y un estratega excepcional, aunque no tuviera en alta estima la amistad.

Si algo sobraba en aquella época era gente, y la verdad es que no tenían otra opción que obedecer la ley del más fuerte.

Yo creo que como dices al principio, detrás de toda guerra se halla la ambición por el poder.

marzo 18, 2013 7:30 p. m.  
Blogger Javier G. Pérez said...

Las guerras son un patrimonio cultural para vergüenza del mundo. Hay que j…antes existían los campos de batalla y morían sólo soldados en combate; ahora, la guerra utiliza otra estrategia que es la del saqueo y asesinato de civiles. Qué asco, está tan grabado este papel bélico en la genética humana que, tenemos guerra para años.

Saludos.

marzo 18, 2013 9:35 p. m.  
Blogger RosaMaría said...

Qué tiempos duros, aunque la guerra es incomprensible para mí en cualquier época. Un relato atrapante para alguien que de historia es cero. Besos y gracias.

marzo 19, 2013 12:00 a. m.  
Blogger Senior Citizen said...

Como ha dicho Una mirada, en aquella época al menos los que mandaban estaban al frente del ejército y sufrían lo mismo y morían lo mismo, pero ahora a los que declaran las guerras y a los altos mandos del ejército no les alcanzan los tiros ni las bombas.

marzo 19, 2013 12:53 a. m.  
Blogger Fran said...

De acuerdo contigo, que no haya guerras. Ojalá fueran inevitables pero aquí no se puede decir que si uno no quiere dos no riñen.

marzo 19, 2013 5:26 p. m.  
Blogger fonsado said...

Muy interesantes las batallas entre griegos y persas.
Steven Pressfield desarrolla verdaderas obras clásicas sobre ellas, pero el que tenga interés no debe dejar de leer, Salamina de Javier Negrete.
Un abrazo.

marzo 19, 2013 5:43 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Tawaki – No conocí personalmente al tal Alejandro pero tengo la impresión de que era bastante inaguantable y que no le gustaba nada que le llevaran la contraria.

Pues no se si sobraba gente pero la verdad es que de vez en cuando hacían una limpieza pues batallas no les faltaban.

Javier 16 – No creas que antes morían sólo los soldados, por regla general los vencedores asolaban toda la zona en donde se había producido la batalla y se llevaban por delante pueblos enteros, nada ni nadie quedaba en pie.

Rosa María – Las guerras eran malas entonces y siguen siendo malas ahora y de momento y por desgracias me temo que seguirán mucho tiempo.

Senior Citizen – Tienes razón, al menos antes los que las propiciaban iban al combate y además en general en primera línea, ahora con eso de que tienen que dirigirla lo hacen de lejos "para ver el conjunto".

Fran – No, en estos casos si uno no quiere como si quiere, es suficiente con que uno tenga ganas de pelea para que a los otros no les quede más remedio que apuntarse.

Fonsado – Hay muchos autores interesantes en temas históricos, no conozco a Steven Pressfield, buscaré algo de él.

marzo 19, 2013 6:36 p. m.  
Anonymous Leonor said...

Buenos días, Leodegundia.
Yo diría que las guerras han existido desde que el mundo es mundo, hasta cuando los primeros ancestros les dieron la primera pedrada alos de al lado por pescar más truchas. Y como señala Javier 16, ahora los que provocan las guerras están cómodos en sus poltronas mientras son otros los que se sacrifican por su honor o por su patria y son sus familias las que padecen sus siniestros designios.
Leodegundia, como me pediste en mi otro blog, he subido la foto con el escudo del palacio, espero que te guste. Te dejo el enlace directo en el nombre de Leonor.
Un abrazo.

marzo 20, 2013 1:19 p. m.  
Blogger GUILLE said...

La ambición y el mal entendimiento ciegan al hombre, eso le ocurrió al guapo y apolíneo Alejandro, que según las leyendas era un gran estratega y escaso de moral.Un abrazo Guille

marzo 20, 2013 11:13 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Leonor – Así es, guerras desde siempre y ahora incluso más cómodas para los que las provocan.

Ya vi la foto, ya ves como merecía la pena fotografiar el escudo de cerca. Gracias.

Guille – No se si era escaso de moral, pero me da la impresión de que era un mandón caprichoso.

marzo 21, 2013 11:35 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

A Alejandro no lo debía aguantar nadie, eso de ser el mejor en lo tuyo, saberlo y demostrarlo muchas veces...

Y eso que Alejandro no se leyó «El arte de la guerra», aunque le faltó poco para llegar a China.

Respecto al ataque por el flanco estaba claro, la falange armada con sarisas es temible de frente, pero vulnerable por el costado. Así que mejor adelantarse. Ya lo decía mi profesor de karate hace muchos años: «El que da primero no da dos veces, las da todas.»

marzo 22, 2013 9:17 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Salamandra - Supongo que a Alejandro no le dio tiempo a mas batallitas, que por su gusto bien hubiera seguido.
Saber por donde es mejor atacar es uno de los puntos que suelen dar la victoria.

marzo 23, 2013 6:11 p. m.  

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