El rincón de Leodegundia

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domingo, julio 14, 2013

Verano en fiestas

Vivimos en un país muy amigo de fiestas y en donde pocos días al año se quedarán sin celebrar algo. Lógicamente y por razones de clima, durante el verano proliferan mucho más, al menos eso es lo que pasa en mi tierra

Algunas fiestas digamos que son de reciente celebración, pero hay otras como la de El Carmín de pola de Siero que se celebra desde hace más de 300 años. Su origen es un tanto curioso porque digamos que es una prolongación de otra fiesta. En la Pola, como se le conoce a este pueblo, se celebraba la fiesta de Nuestra Señora del Carmen no el día que le corresponde que sería el día 16 de julio, sino que lo hacían el domingo siguiente. Al parecer como eran muchos los cofrades que formaban la hermandad, se repetía otra fiesta mas pequeña el lunes de ahí que en lugar del Carmen se llamó del Carmín. Es una romería muy famosa de la que ya dijo un poeta:
Pobre del asturianín
que en esta vida mezquina
no visitó la Santina
ni merendó en El Carmín.


Como veréis en el prau de la fiesta no cabe un alfiler.

La fiesta de los Exconxuraos en Llanera, fiesta de interés turístico nacional en la que se recuerda los sucesos del año 1408 en los que los vecinos de  Llanera se negaron a pagar unos impuestos que consideraron abusivos. Son muchas las actividades que se llevan a cabo, entre ellas un mercado medieval, exhibición de cetrería, una cena medieval e incluso un torneo.


También existe una fiesta famosa por el ruido ya que la parte principal de la misma es una descarga que durante unos diez minutos atruena Cangas del Narcea, centenares de lanzadores auxiliados por los apurridores (ayudantes que les van pasando los cohetes) encienden las mechas y decenas de miles de voladores se lanzan hacia el cielo donde estallan en le momento en que la procesión de la Virgen del Carmen está pasando sobre el puente romano, por eso esta descarga recibe el nombre de oración de la pólvora. Tengo entendido que el que presencia la descarga no la olvida jamás.


Otra fiesta famosa es la Vaqueirada que se celebra en el Alto de Aristébano y en donde se recrean las costumbres y cultura tradicional de los vaqueiros de alzada, destacando la boda en el ritual vaqueiro.


Pero también tenemos fiestas gastronómicas como el Festival de la sidra natural en Nava; el Festival de la sardina en Candás o los certámenes de los quesos, el del queso casín en Caso y el de Cabrales en Arenas.

Y fiestas deportivas como el Torneo de tenis playa de Luanco; el descenso a nado de la ría de Navia o el descenso Internacional del Sella, mas conocido por "las piraguas".

Y estas no son más que una pequeña muestra de las muchas fiestas que hay pues en cuanto empieza el verano no hay día en que no se celebre alguna a lo largo y ancho de Asturias. Así que os dejo y no se cuando volveré, me voy de fiesta.


NOTA: Las fotos son tomadas de la red.

domingo, julio 07, 2013

Perder una batalla

Como nuestra historia está llena de guerras no es la primera vez que hago referencia a alguna de ellas, incluso creo que en algún artículo expliqué muchos de los motivos que pueden ser los causantes de la pérdida de una batalla.

Pues bien, hoy vamos a conocer otro de esos motivos, la superstición. Esta creencia extraña contraria a la razón puede llevar a un ejército poderoso por número de combatientes y por el valor de los mismos a rendirse ante un hecho que para ellos no tiene explicación y que supone un mal presagio.


Si nos remontamos al año 879 nos encontraremos con un gran ejército musulmán mandado por Almondir haciendo cerco a la ciudad de Zamora, ciudad que quería recuperar, pero sucedió que durante el asedio se produjo un eclipse total de luna acontecimiento que los musulmanes tomaron como una viso del cielo de malos presagios. Fue tal el miedo que sintieron que una buena parte del ejército abandonó las armas y de nada sirvieron las exhortaciones de su jefe avisándoles de que el rey cristiano Alfonso III estaba muy cerca para acudir en ayuda de los sitiados.

Tiempo perdido el querer convencer a los que decidieron abandonar, tiempo que Alfonso aprovechó presentándose ante ellos con intención de romper el cerco. El combate se dio en los campos de Polvararia, junto a las márgenes del río Orbigo y el resultado fue la derrota de Almondir al que no le quedó más remedio que pactar una tregua.

Como veréis, son muchas las causas que pueden llevar a la derrota de un gran ejército.