Sin pies ni cabeza
Para daros una idea de a que me refiero os diré que en 1935 fue ajusticiado en Atenas un papagayo porque seguía gritando “¡Viva Venizelos!” a pesar de que la revolución había derribado a este político heleno. En Rusia la GPU fusiló a unos loros que cantaban canciones capitalistas y zaristas, claro que en este caso sus maestros de música recibieron el mismo trato. Y como va de loros que no aprenden bien a rectificar sus ideas, el doctor Otto Kraus, curándose en salud, puso un anuncio en el principal periódico alemán diciendo que no se hacía responsable de las ideas políticas de su papagayo, esto sucedió cuando los ejércitos de Hitler fueron derrotados.
Pero no fueron sólo los animales que saben hablar los ajusticiados, en 1457 fueron presos una cerda y sus seis lechones por el delito de “asesinato y homicidio en la persona de Juan Martín”, la sentencia fue que: “La cerda fuera castigada y condenada al último suplicio y ser colgada de un árbol por la patas traseras y en cuanto a los lechones como no se pudo comprobar que participaran en el delito, fueran devueltos a su dueño”.
Y para citar un caso moderno, el doctor Oliver Brachfeld cita en una nota de la traducción del libro de Rath-Vegh que en Junio de 1948 la revista londinense Lilliput narra la historia de dos perros setters irlandeses a los que un abogado de Los Angeles les legó en su testamento una cantidad equivalente a 1.500 libras esterlinas. Después de tres semanas de debates, el juez citó a los afortunados perros pero como no pudieron contestar razonablemente a sus preguntas, les denegó la herencia. ¿Realmente el juez esperaba que los perros contestaran a sus preguntas?, ¿era necesario un juicio y tanta deliberación para al final denegarles la herencia?
Otros muchos animales fueron juzgados a lo largo de la historia, bueyes, asnos, caballos, insectos, hormigas, langostas, orugas….., a los que era posible se les detenía y encarcelaba y luego se les juzgaba con todas las formalidades y si eran culpables, eran públicamente ejecutados en castigo a sus fechorías, ¡faltaría más!
Veamos ahora con un poco más de detalle uno de esos juicios:
Corría el año 1519, cuando en el día de Santa Úrsula en la aldea de Flurus, Simón Fliss vecino de Stilfs, se presentó ante el juez con la siguiente petición: |
Según lo prescrito en tales casos, los ratones necesitaban un abogado defensor, por lo que el juez nombró uno de oficio para que no pudieran tener motivo de queja. |
Nombrado el abogado defensor, Simón Fliss eligió a Minig von Tartsch como acusador por parte de los habitantes de la aldea. |
y este, para que empezara el juicio, citó en el día ya mencionado al abogado de los ratones campestres. Se empezó por llamar a los testigos, todos ellos de pueblos vecinos para que el juicio fuera imparcial. Empezó entonces el interrogatorio de los testigos que después de dar sus nombres y decir en que localidad vivían, explicaron lo que sabían del asunto. |
La verdad es que no aportaron más datos que los de haber visto a los acusados en los campos y eso si, como buenos campesinos que también eran, hablaron además de los destrozos de las pérdidas, pues el dinero es importante en cualquier época. Una vez finalizadas sus declaraciones, la acusación pasó a hacer su alegato: |
Terminado el acusador, le tocó el turno al abogado defensor que a mi entender demostró mucho interés por sus defendidos. Esto fue lo que alegó: |
Después de haber escuchado tanto a la acusación, como a la defensa y a los testigos, el juez pasó a dictar sentencia. |
Podéis observar que las formas jurídicas fueron guardadas escrupulosamente, mostrándose el tribunal de una forma imparcial tanto al dictar sentencia como al escuchar a los testigos, era necesario condenar a los ratones por los daños, pero fueron indulgentes con las embarazadas o con los que todavía no podía caminar por su corta edad, pero eso si, se rechazó el buscarles otro lugar de residencia como pedía su defensor.
Y os preguntaréis ¿obedecieron los ratones?, pues lo siento mucho porque eso no lo se, ese dato no figura en los archivos quizás porque ya bastante les parecería guardar los datos referentes al proceso tan tonto como para tener que acaba confesando que los ratones no se dieron por enterados, así que lo mas seguro es que siguieran tan tranquilos en los campos de los que oficialmente fueron expulsados y este que aparece aquí seguro será uno de sus descendientes.
NOTA: La información para este artículo me la proporcionó MARIAN, muchos ya la conocéis y para los que no la conocen, pueden pinchar en su nombre y llegarán a su página.