La tierra se enfada
Desde que la tierra existe, y por distintos motivos, de vez en cuando digamos que se tiene que acomodar. Su interior se rebulle y empieza a moverse hasta que ese movimiento llega a la superficie presentándose de distintas maneras todas ellas bastante violentas aterrorizando a los que vivimos en la superficie y que en comparación con la fuerza que la tierra puede desencadenar somos como pequeñas hormiguillas que ante estas demostraciones de la que pomposamente solemos llamar “la madre Tierra” nos sentimos aterrorizados e impotentes ante ella.
Es cierto que estas demostraciones de mal humor de la tierra no son de ahora, pero llevamos unos años en que las catástrofes naturales se producen con tanta frecuencia y son tan destructivas que me hacen pensar si muchas de ellas no se producirán por el maltrato que le damos los humanos. En esto no meto a los animales pues ellos bastante tienen con intentar defenderse de nosotros como para colaborar en la degradación del planeta.
Esta degradación tanto de la tierra como de la biosfera cada vez se produce a mayor velocidad y creo que somos nosotros los que a sabiendas o por ignorancia la estamos produciendo, nos cargamos los bosques tan necesarios, realizamos unas expansiones urbanísticas descontroladas, llenamos la tierra y el mar con productos químicos y basuras, empobrecemos el suelo al intentar que produzca continuamente sin pensar que la tierra tiene que descansar, hacemos mal uso del agua, etc. etc. En una palabra, estamos acabando con todo.
Y la Tierra, nuestra buena madre Tierra, se enfada y con razón y así nos llegan los tornados, los ciclones, los tsunamis, los terremotos, las erupciones volcánicas, las intensas lluvias o las tremendas sequías. Y nos quejamos y le echamos la culpa a quien no la tiene pues no queremos reconocer que muchas de estas catástrofes se podrían evitar o al menos reducir si fuéramos más considerados con la naturaleza. Y tampoco queremos acabar de comprender que si la naturaleza sufre nosotros sufrimos y si ella llega a extinguirse, nosotros también.
Hace unos días se produjo un terremoto en la isla sur de Nueva Zelanda, el segundo en pocos meses y aunque este fue de menor intensidad en realidad fue más destructivo que el primero. Se contabilizan ya varios muertos y muchos desaparecidos y numerosos son también los edificios derrumbados.
Para finalizar os ofrezco unos párrafos del relato que hizo una persona que lo vivió y lo está viviendo en directo.
Día 22
Christchurch ha sufrido esta tarde una réplica de 6.3, pero que al ser muy superficial ha sido más fuerte que el terremoto principal. De momento hay 65 muertos y un montón de heridos. El centro de la ciudad está destrozado. En el hospital vivimos escenas terribles, a mí me pilló en la cafetería comiéndome un pastel de postre... de repente el suelo empezó a temblar, y supe que aquello no era una réplica como las anteriores. Se movía tanto y tan fuerte que casi me tira al suelo... me arrodillé debajo de la mini-mesa de la cafetería, agarrándome a la pata como si me fuera la vida en ello (nunca más apropiado), mientras todo a mi alrededor se caía: botellas, tazas, vasos, estanterías... se fue la luz y el suelo estaba lleno de cristales. Gente con muletas y sillas de ruedas estaban tirados por el suelo, la gente gritando, y llorando. Yo agarré a dos viejinos que estaban cerca de mi mesa y los saqué de allí espendolada. No me dejaron volver a entrar, y desde fuera podíamos ver a algunos de los pacientes en los pisos de arriba llamándonos desde las ventanas. :-( Terrible, terrible.
Día 24
Ayer hicimos una visita al centro (o lo más cerca que puedes llegar, que no es mucho) Es un panorama desolador, La mayoría de las casas están para derrumbarse. Algunas parece como si las hubiera pisado un gigante, totalmente aplastadas. La iglesia de Bealey Ave ha perdido la fachada, no hay más que piedras y ladrillos por todas partes. La licuefacción ha producido la aparición de conos de arena y barro por las calles y los jardines, y en algunas zonas es tan gruesa que se necesita un 4x4 para poder atravesarla. Varios coches se han quedado atascados, son como arenas movedizas. En algunas zonas alcanza medio metro de altura.
Hoy por fin he podido darme una duchita rápida y se permite tirar de la cadena, aunque "lo menos posible". Tenemos agua, aunque hay que hervirla si la vamos a usar para beber o cocinar, ya que puede estar contaminada
Ayer encontramos a dos familias de compañeros de trabajo de los que no se sabía nada, así que estamos muy contentos. A veces nos sentimos muy culpables por alegrarnos de estas cosas, cuando tantos otros están esperando a identificar el cuerpo de sus seres queridos. Pero hoy somos nosotros los que tenemos suerte, y mañana no se sabe.
Y así transcurren para ellos los días, alegrándose por seguir vivos y por encontrar con vida a algunos amigos pero también con la pena por los que ya no están y con el miedo de que el terremoto vuelva a repetirse pero sin perder por ello la esperanza de poder reconstruir de nuevo la ciudad y poder recomenzar sus vidas.
¡Cuidemos la naturaleza y respetemos a la madre Tierra!
Nota: Las fotos de los desastres naturales y las del terremoto fueron tomadas de Internet.