Querer contar algo que no sea conocido sobre la vida de Bécquer es casi imposible ¿quién no le conoce?, pero lo que tal vez no sea tan conocido es parte de su obra pues pude comprobar que una gran mayoría hace referencia siempre a sus rimas, si en voz alta dices Bécquer la persona o personas que te rodean inmediatamente dicen: “Volverán las oscuras golondrinas…..”: pero él escribió otras muchas cosas además de las rimas, como leyendas, narraciones, cartas, ensayos y esbozos, historia de algunos templos de España, escenas de Madrid, tipos y costumbres de distintas zonas de nuestro país, viajes, descripciones de monumentos, etc.etc.
Hoy voy a dedicar este artículo sencillamente a dar a conocer fragmentos de algunos de sus escritos y una rima que no es precisamente la de las golondrinas, pues no dejo de reconocer que quizás debe su fama precisamente a esta forma de expresión literaria.
Tú eras el huracán, y yo la alta
torre que desafía su poder.
¡Tenías que estrellarte o abatirme!...
¡No pudo ser!.
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡Tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!.
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque…
¡No pudo ser!.
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Los ojos verdes
(fragmento)
………..
Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó fugitivo entre su espuma; tal vez una de esas flores que flotan entre las algas de su seno y cuyos cálices parecen esmeraldas….;no sé; yo creí ver una mirada que se clavó en la mía, una mirada que encendió en mi pecho un deseo absurdo, irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos. En su busca fui un día y otro a aquel sitio.
…………
La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas… “Ven, ven….” Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. “Ven…” y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso…., un beso……...........
Memorias de un pavo
(fragmento)
…………
Yo aún a riesgo de mancharme los dedos, pues estaban bastante grasientos, los extraje del sitio en que se encontraban, y aproximándome a la luz de una bujía pude descifrar este manuscrito, que hasta hoy he conservado inédito:
Impresiones, notas sueltas y pensamientos filosóficos de un pavo, destinados a utilizarse en la redacción de sus Memorias
………
Ignoro quienes fueron mis padres, el sitio en que nací y la misión que estoy llamado a realizar en este mundo. No sé, por tanto, de dónde vengo ni a dónde voy.
Para mí no existe pasado ni porvenir; de lo que fui no me acuerdo; de lo que seré no me preocupo. Mi existencia, reducida al momento presente, flota en el océano de las cosas creadas como uno de los átomos luminosos que nadan en el rayo de sol.
Sin que yo, por mi parte, la haya solicitado, ni poder explicarme por dónde me ha venido, me he encontrado con la vida; y como suele decirse que a caballo regalado no hay que mirarle el diente, sin discutirla ni analizarla me limito a sacar de ella el mejor partido posible................
A la claridad de la luna
(fragmento)
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Los objetos toman a su luz un tinte misterioso y fantástico. Los horizontes se alejan envolviéndose en un ambiente de indecisa claridad. Resbalan sus tibios rayos entre las hojas de los árboles, cuyas copas parecen cubiertas con un velo plateado salpicando el suelo de chispas de la luz que se destacan entre sombras espesas y móviles……
………..
En esas noches serenas, y a la claridad de la Luna, la imaginación ve aparecer sobre el haz de la Tierra todos los quiméricos seres de la leyenda. Los gnomos, vigilantes de los tesoros ocultos, abandonan las minas de metales preciosos; las rocas submarinas, llenas de perlas y de corales; las grutas de cristal o de estalactitas; las ondinas rompen el muro transparente de su cárcel y sentadas a la orilla de las aguas peinan sus largos y húmedos cabellos;…….
Si algún día visitáis Sevilla, su ciudad natal, en el Parque de María Luisa encontraréis una bella escultura que representa el romanticismo y que está dedicada a Bécquer.