¿Se nace, o se hace?
Esa es una pregunta que muchos se plantean cuando hablan de algunas profesiones. Creo que todos habréis escuchado por ejemplo: ¿Un actor nace, o se hace? Pues bien, a mi me dio por pensar si con el comportamiento de las personas pasa lo mismo ¿se nace, o se hace?
Una de las cosas que más me aterra del ser humano es el grado de maldad que puede llegar a tener, lo que me lleva a hacerme esa pregunta. Me gustaría saber si estas personas malas que disfrutan con la crueldad y que sólo encuentran satisfacción en la vida haciendo sufrir a otros seres, es que nacen con ese instinto que obedece a una razón profunda e incontrolable por ellas o sencillamente se hacen y luego practican para superarse a si mismas.
Hay muchos casos de gente cruel en la Historia y tomaré uno como muestra para ver si alguien es capaz de aclararme mis dudas y responder a mi pregunta. El elegido es el zar ruso Iván IV, apodado el Terrible.
Víctor Vasnetsov (1848-1926)
Hijo de Basilio III y de Elena Glinskaia, nació un 25 de agosto de 1530. No tuvo una infancia muy feliz a pesar de las muchas atenciones y cariño que le prodigaron sus padres. Al parecer no tenía muy buena salud, y en él se dio un caso curioso, nació con dos dientes y sin embargo su dentadura completa no la tuvo hasta cincuenta años después.
Cuando tenía unos tres años murió su padre y su madre se convirtió en la regente para proteger a su hijo y educarle. Pero nunca faltan enemigos y los boyardos, jefes de grandes clanes familiares rusos se encargaron de provocar todas las conspiraciones que pudieron contra el palacio real. Se sospecha que, por obra de algún boyardo, se produjo la muerte de la madre de Iván por envenenamiento, con lo cual a los siete años se quedó huérfano sin nadie que le defendiera de las humillaciones y los ataques de los nobles que pensaban que enfrentándose a un niño no tendrían problemas para conseguir sus intereses.
Pero el niño no estaba tan solo. El arzobispo primado de la iglesia ortodoxa rusa, Macario, asumió la protección de Iván y bajo su tutela fue instruido en diversas disciplinas y materias demostrando ser un buen alumno. Pero hay algo que el buen Macario no pudo controlar, la maldad que Iván encerraba dentro y que muy pronto se empezó a manifestar.
Dicen que con apenas doce años se entretenía en arrojar perros al vacío desde las altas torres del Kremlin y que disfrutaba con su agonía, pero como todo, al cabo de un tiempo los perros ya no eran diversión suficiente y decidió que utilizaría seres humanos, y así lo hizo, desde mandar ahorcar a todo aquel que no le cayera simpático, hasta arrojarlos a una jauría de perros salvajes y cortando cabezas, empalando y torturando, para lo que incluso diseñó horribles ingenios para poder torturar mas y mejor y obtener así un gran placer.
Sospechando que la ciudad de Novgorod estaba a punto de sublevarse contra él, la acusó de gran traición y envió contra ella a sus mejores soldados que la asediaron y asaltaron y durante el tiempo que estuvieron allí, decapitaron, torturaron y empalaron a sus habitantes sin distinción alguna; hombres, mujeres y niños fueron masacrados.
No voy a seguir con sus hazañas pues creo que con esto ya es suficiente, no me gusta ahondar en las crueldades. Quizás haya gente que piense que debido a su infancia desgraciada el niño se volvió malo y su maldad creció con los años, pero yo digo, muchos niños tuvieron y tienen desgraciadamente una infancia de lo mas infeliz y sin embargo no reaccionan de esta manera, de ahí mi pregunta, si estas personas nacen con ese instinto de crueldad o se hacen después.
Y si bien estas personas me aterran, no lo hacen menos las que les ayudan y sostienen, porque por si solos estos seres crueles no podrían hacer nada o casi nada. Ya sabéis ese refrán que dice: "Tanto peca el que mata como el que tiene por la pata".