Quizás de todos nuestros antepasados, los iberos son los mas desconocidos y para acercarnos a ellos se celebró una exposición de la "Obra Social La Caixa" que a mi me pareció muy interesante y que me gustaría compartir con vosotros.
Diferentes tribus ocupaban la zona meridional de la península y la costa mediterránea hasta el sureste de Francia. Este grupo de pueblos compartieron una misma cultura, arte, política, religión… Y se relacionaron con griegos y fenicios.
Las ciudades y poblados se situaban generalmente en lugares altos por ser de fácil defensa y desde donde se podía controlar los alrededores. Para mas seguridad, sus poblados se solían rodear de murallas a las que mas tarde se fueron añadiendo torres para hacerlas mas efectivas. Estos asentamientos tenían diferentes categorías, siendo los más importantes los oppidum, ciudades fortificadas donde se instalaban la élite jerárquica más alta, luego estaban los poblados de menor tamaño aunque también fortificados, le seguían los caseríos que eran construcciones aisladas en zonas agrarias y por último las atalayas o torres de vigilancia.
La principal actividad económica de los iberos era la agricultura. Utilizaban las técnicas de barbecho o rotación que fueron mejorando con los avances introducidos por los fenicios y griegos, como el arado de hierro. Cultivaban principalmente trigo, cebada y centeno. También tenían olivos y vides para elaborar aceite y vino y sus despensas estaban bien surtidas de todo ello añadiendo además leguminosas y frutas.
Con muchos de estos productos, entre ellos el aceite, el vino y la salmuera que eran muy apreciados, se negociaba con otros pueblos y su comercio se extendió por todo el Mediterráneo transportados en diferentes tipos de ánforas.
La cerámica era la principal actividad artesanal para la que utilizaban el torno de alfarero introducido por fenicios y griegos. Realizaban formas y decoraciones variadas propias de la cultura ibérica. Para la cocción de las piezas se utilizaban hornos de cúpula de doble cámara. Finalmente, el pintado con variada decoración en rojo y blanco era imprescindible en los vasos de cierta calidad.
La industria textil se centraba en la elaboración de tejidos de lana y lino mediante un telar de bastidor. Los tejidos podían teñirse con tintes de origen animal o vegetal. El esparto era muy utilizado para confeccionar cestos, esteras, cuerdas, sandalias o redes.
La escritura de los iberos constaba de dos tipos de alfabeto semisilábico que debían de expresar lenguas diferentes: el llamado meridional, turdetano o tartésico y el ibérico levantino u oriental.
La organización militar de los iberos no se basaba en un ejército organizado. En el sur el régulo se encargaba de reclutar y dirigir las huestes, en las que destacaban las élites aristocráticas. En el noreste, el consejo de ancianos cedía el mando durante el periodo bélico a un caudillo con experiencia militar que reclutaba a los guerreros entre los campesinos. Su estrategia era la lucha de guerrillas.
En cuanto a su religión, era de creencias animistas, en la que tanto los seres fabulosos (esfinges, grifos, bichas) como las bestias divinizadas (leones, toros) protegen las tumbas aristocráticas.
Sus santuarios eran entornos naturales privilegiados, desde donde se disfrutaba de un buen paisaje, en ocasiones acompañado de una cueva. Allí se ofrendaban a las divinidades toda suerte de objetos y comida, destacando los exvotos, figurillas con forma humana o animal.
El ritual funerario mas utilizado por los iberos fue la cremación. En el ritual de enterramiento se honraba al cadáver en la vivienda, se transportaba luego en procesión hasta el lugar de la cremación, se quemaba con vestidos y pertenencias en una pira que ardía durante horas, se lavaban y colocaban los restos no incinerados en una urna y luego eran depositados en una tumba que se señalizaba.
Cerraré este breve repaso con tres esculturas del arte ibero. La famosa Dama de Elche, el Gerrero de la doble armadura y la Gran Dama oferente del Cerro de los Santos.