Hay muchas actitudes del ser humano que no entiendo y hoy me voy a referir a una en concreto, pero quiero dejar claro desde ahora, que no es una crítica a nadie, sencillamente es mi opinión.
La actitud a la que me refiero, es la poca aceptación de su físico que tienen muchas personas, los altos querrían ser mas bajos, los bajos más altos y todos o casi todos (al menos en esta época) querrían ser delgados. El ser feo es algo mal visto y motivo de chanzas y cachondeos varios (llegando algunas veces a ser un poco crueles), cuando en realidad, una mayoría aplastante de los terrícolas somos feos, claro que supongo que en el momento del cachondeito sólo se mira al protagonista olvidándose los autores de que tampoco son modelos de belleza. Un buen ejemplo de esa crueldad que acabo de decir queda reflejada en un chiste que me contaron hace muchos años y que dice así:
Una señora muy fea entró en una tienda de tejidos, se acercó el dependiente y le dijo:
-Buenas tardes, señora, ¿en que puedo servirla?
-Desearía género para hacerme un vestido
-¿Y como le gustaría?
-Me da igual que sea crespón que seda. Yo lo que quiero es algo que me vaya bien a la cara.
-Entonces le sacaré un crudillo para una funda.
Para superar esta inconformidad con el cuerpo que le tocó en el reparto a la hora de nacer, el ser humano desde hace miles de años intentó mejorar su imagen poniéndose adornos muy variados, por ejemplo en la prehistoria, huesos y hojas, pero viendo la imagen se puede decir que si feo era, feo seguía, ¿será entonces que aunque físicamente no variara, psíquicamente se encontraba mejor?, si es así tal vez no sea sólo física la no aceptación de uno mismo.
Lo que en un principio fue sólo colocarse diversos objetos mas o menos artísticamente, pasó no se de que manera, a las perforaciones en el cuerpo para incrustar allí los adornos y aquí es en donde yo empiezo a estar en desacuerdo, vale que te pongas encima lo que quieras, pero ¿mutilar el cuerpo para embellecerse?, ni hablar.
De todas formas en eso de mutilarse hay grados, veamos la foto de la derecha, no es lo mismo llevar unos largos pendientes en las orejas, que unas orejas largas con unos pendiente ¿verdad?. Otras veces, y no se a quién se le ocurrió la feliz idea, las mujeres se van poniendo argollas en el cuello para conseguir un cuello largo, no se si es para ver mejor en las aglomeraciones, por belleza, por categoría social o por que motivo, pero eso no me negaréis que es incomodísimo, no muy higiénico y además obliga a cargar con un peso adicional. En algunos lugares, estas mujeres jirafa – que es como se les llama – parece ser que las llevan también en las piernas. ¿Qué os parece cuando nosotras decimos: ¡Uf, cómo me pesan hoy las piernas” sólo porque a lo mejor caminamos un poco de más, lo que sentirán estas pobres con esa carga metálica? Y además, el calor, horrible, verdaderamente horrible.
Reconozco que no en todos los casos estas brutalidades se cometen para aumentar la belleza, no, en algunas ocasiones se debe a la identificación con una tribu determinada, por ejemplo el nº 1 de la foto, una mujer de Nigeria, en la que los dientes son afilados y la cara está llena de incisiones que se llenan de colores indelebles (que dentera y que dolor, con lo fácil que es hacerse un carné); el nº 2, este aborigen australiano que lleva en la cabeza unas tiras de fibra que indican que tiene un rango superior (esto se puede tolerar) y un adorno nasal signo de valentía (y es que hay que ser valiente para que te taladren la nariz con lo que duele); la nº 3 corresponde a la espalda de una mujer Nuba que se la dejaron de tamaña manera para identificarla con su tribu, ¿no estáis de acuerdo conmigo que el carné es mejor?; tampoco está mal esta mujer del Chad con su disco de madera incrustado en el labio superior, al parecer se encuentran atractivas, pero es doloroso y molesto y total para nada, por que seamos sinceros, sin el disco ese ¿no estaría igual de guapa?: la foto nº 5 corresponde a una india yanomami que en realidad no es fea, así que ¿a santo de que incrustarse todos esos palillinos y los plumerinos? ¿os imagináis que algo tropiece con el plumerín de la nariz? ¡que dolor, Señor!, sería para que te cayeran unos lagrimones como puños.
Bien, bien ,bien, vosotros os diréis, pero eso pasa en zonas atrasadas de la Tierra y yo os diré ¡y un cuerno bonitos! ¿qué está pasando en nuestros días con los pircin o peercing?, hay muchísima gente que se los pone y algunos se pasan pelín y si no echadle un vistazo a esta foto y decidme ¿belleza, moda, estatus social, memez? Y lo mismo pasa con los tatuajes, antes era cosa de los marineros, ahora los lleva casi todo el mundo y no me digáis que no duele, tiene que doler y esto ¿es moda, es belleza?, posiblemente muchos de vosotros tengáis tatuajes y por eso me podréis responder y recordad que no os critico por que los tengáis, solo es que no lo entiendo.
Podríamos hablar también de la silicona que se pone aquí y allá para aumentar el pecho, las nalgas; operarse para quitarse, ponerse, algunas personas están mas repasadas que un calcetín de los de antes (ahora con el consumismo no se repasan, se tiran) y como última novedad llega la toxina botulínica mas conocida como Botox, esta toxina es un veneno de gran potencia según acabo de leer, pero que dicen que su uso en medicina estética no representa problemas por ser las dosis muy pequeñas y creo que te deja sin arrugas, dicen que si se inyecta en los músculos de la frente, estos quedan paralizados de manera que impiden fruncir el ceño ¿y cómo se enteran los demás de que algo te desagrada?. Para colmo, al parecer, los efectos duran unos seis meses, o sea, que te queda la cara tiesa y sin expresión durante ese tiempo y luego vuelves a arrugar. ¿No es mejor unas arrugas en el ceño para demostrar disgusto, o unas arruguillas en los ojos y en las comisuras de la boca producidas por la risa? Y además si te estiras solo algunas partes del cuerpo ¿qué pasa con el resto cuando te desnudas?, la diferencia tiene que ser tal, que si tanta importancia le das al aspecto físico, la moral se te caerá al suelo para no levantarse más. Para muestra os dejo esta viñeta.
Después de repasar tantas perrerías hechas al cuerpo para supuestamente embellecerlo, yo reclamo mi derecho a ser fea de por vida y a ser feliz pues yo si acepto el cuerpo que me tocó en el reparto a la hora de nacer aunque la “Madre Naturaleza” no se haya tomado muchas molestias.